SUEÑOS DE NIÑEZ
Es una maravilla: para qué buscarle si tirando rollos de superación uno saca pa’los gastos. Basta con reconocer los propios descalabros, hablar de lo profundo que se estuvo en el hoyo y de cómo trabajosamente se pudo salir. Y es que en esta columna más de una vez he ventilado mis desventuras pero me ha faltado la moraleja y el buen rollito. Me gana lo amargoso. Por eso estoy lejos de Cornejo y Cuauhtémoc Sánchez que tanto ayudan a sus lectores y de paso se rellenan el bolso. Y uno puede criticar a la “Juventud en Éxtasis” (libro por el que reservo una estima por debajo del papel higiénico y que tristemente es el más leído en México) pero la verdad inalienable es que es una mina de oro.
Rescato este dato de Internet: “el mercado de la superación personal se calcula en 11 mil millones de dólares, de acuerdo con Marketdata. En 2006 se vendieron cinco mil 485 títulos relacionados con la superación personal, que alcanzaron un valor mayor a los 311 millones de pesos”. ¡Ahí está el pan padre mío! Y yo que batallo para juntar lana para el dentista. Basta de quejas y lamentos, es hora de ver la vida de frente, sonreír, sumir la panza, sacar el pecho, echarme una peinada y ser líder en las filas triunfantes de los que buscan ser mejores. Me dedicaré a dar charlas de superación, talleres, cursos. Y es que leo (u hojeo) los libros de superación y así, parado frente al estante de la librería me estremezco por dos causas: una, naturalmente, el imperante deseo de ser mejor. Ahem. Dos, ya en serio, por la ínfima calidad de los textos. Y es que cosas como “El Secreto” son de una simpleza que desarma. Son cócteles de “ciencia” y optimismo que me dejan sin habla.
Deepak Chopra y toda la banda de regeneración cósmica, cubren, ante todo, la necesidad de una trascendencia light, una iluminación sin demasiado esfuerzo. Es emocionante leer que se puede ser mejor, pero es terriblemente complejo realizar ese cambio. La industria de la superación personal proporciona, por lo general, palomitas para la mente. Es otra forma de entretenimiento, al final de cuentas. Tal vez me contradigo pero esta diatriba es, de hecho, para recomendar una charla que bien podría enmarcarse en el contexto de la superación personal. Me explico. Cuando descubrí hace unos meses esta conferencia en el You Tube, llevaba más o menos un millón de visitas, número que se ha incrementado de manera dramática. Es la última conferencia de Randy Pausch, profesor con cáncer terminal. Una historia de fuerza ante la adversidad, de ésas que gustan a los gringos. Pero es real. El tipo comparte conocimientos sencillos pero contundentes frente a sus alumnos. Lo que empezó como una conferencia se convirtió en un fenómeno global, en participaciones en TV y el largo etcétera de la celebridad. Pero el caso es que la última conferencia de Randy Pausch (titulada “Como Lograr tus Sueños de Infancia”, “How to Achieve Your Childhood Dreams”) es una confesión, franca, sin pretensiones, sentida sin caer en lo sentimental, en resumen, real. Es un muy humano ejercicio de buena muerte. No abundaré sobre lo contundente y sencillo de esta charla. Véanlo en Internet. Hay un libro a la venta, pero vamos, está gratis en el You Tube. Tecleen en el buscador: “Randy Pausch” hay versiones de su conferencia subtitulada. Si lo ven, me platican qué les pareció. Es una buena recomendación, cosa que, viniendo de mí, es más una excepción que una regla. Aprovechen.
PARPADEO FINAL
Supongo que Juan Jo cumplió su sueño de niñez porque bailó bien y bonito. Y de paso, con su equipo, recorrió el mundo. Mis condolencias para los amigos y toda la gente de cultura. Siempre se extraña a quien demuestra su valor.
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