Ramón Ramírez fue uno de los jugadores que pasaron de Chivas al América, a pesar de las protestas de los aficionados. (Jam Media)
El amor a una camiseta ya no es lo mismo que años anteriores. El posible traspaso del defensa central del Toluca, Paulo da Silva, a las Águilas del América destapa la polémica en el intercambio de jugadores alrededor del mundo del futbol mexicano e internacional.
En México este tipo de “movimientos” en el mercado del futbol tiene como antecedente la contratación de Enrique Borja, quien jugaba para los Pumas y era el icono de miles de seguidores universitarios, con América.
Era 1968 cuando los seguidores auriazules se enteraron que su máximo “héroe” los abandonaba para portar la camiseta del rival más odiado, incluso Borja siempre manifestó que nunca estuvo de acuerdo con su pase a las Águilas que llegó a los tribunales laborales, finalmente el delantero fue vendido a Coapa.
Ramón Ramírez fue otro caso de estos manejos, el mediocampista de las Chivas del Guadalajara fue vendido de manera “misteriosa”, ya que nunca se supo una cantidad real y la muestra del contrato, también al América.
Ramírez se coronó con el cuadro rayado en el Invierno del 97 y ya era ídolo de los aficionados chivas, incluso era la imagen oficial del conjunto por sus grandes actuaciones. Pero terminado el Mundial de Francia 1998, el presidente de la promotora Guadalajara, Salvador Martínez Garza, decidió vender al jugador al conjunto americanista.
Los seguidores del Rebaño Sagrado cerraron calles de la ciudad en señal de protesta por la partida de Ramón Ramírez, sin embargo esto ayudó para que la directiva recapacitara.
Considerado el máximo jugado mexicano de todos los tiempos, Hugo Sánchez regresó después de más de 10 años en Europa, donde consiguió cosas importantes con Atlético y Real Madrid, estuvo en el ojo del huracán en dos ocasiones debido a estos “traspasos”.
Hugo llegó al Atlético de Madrid en 1982 procedente de los Pumas de la UNAM, se consagró campeón de goleo en España en dos ocasiones, lo que provocó el interés del cuadro merengue por contratar sus servicios, la afición colchonera colectó firmas para que el delantero mexicano no dejara la institución.
Sin embargo, la oferta del club más grande del mundo no pudo ser rechazada por su eterno rival de ciudad, por lo que el traspaso de Sánchez al club blanco era un hecho y la hinchada rojiblanca nunca se lo perdonó.
Pero el ariete se vio envuelto en otra polémica, cuando decidió terminar su carrera en México, su llegada fue al América, máximo rival de su club de nacimiento, Pumas. Este acto fue vergonzoso para los seguidores felinos que no daban crédito de la decisión de su máxima figura de todos los tiempos.
A nivel internacional hay casos que han retumbado al mundo del futbol, incluso uno de ellos será marcado para toda la vida como el más grande traidor de todos los tiempos.
Ronaldo, delantero brasileño y máximo anotador con su selección en mundiales de futbol, es el último caso de estos manejos extracancha, ya que en un principio había sido contratado por el Flamengo, club que le permitió recuperarse de una lesión en la rodilla por más de cuatro meses y la semana pasada decidió firmar con Corinthians.
Los seguidores del conjunto del “Fla” inmediatamente salieron a las calles para arremeter contra el jugador, quemaron y pisotearon imágenes del ex ariete del Real Madrid en señal de protesta.
Pero Ronaldo no es el único caso, Luis Figo, mediocampista portugués que brilló con el Barcelona en la última parte de los 90s, fue traspasado en el año 2000 al acérrimo enemigo del cuadro culé: el Real Madrid.
El lusitano, que se había declarado aficionado de toda la vida del club blaugrana e incluso era socio del equipo, apareció con la camiseta blanca en las canchas españolas y los aficionados del Barcelona le arrojaron monedas desde la tribuna como señal de enojo, además, durante el derby español una gran pancarta rezaba: Figo muérete por ser el más grande traidor. En ese encuentro una cabeza de cerdo le fue arrojada desde la tribuna, esa noche fue tildada como “la noche del cochinillo”.
Sin duda, Figo siempre será el más odiado en la historia del futbol por su cambio de culé a merengue.
En Argentina, Óscar Ruggeri causó una de las polémicas más recordadas en la historia del futbol en aquel país.
Ruggeri jugaba para el cuadro xeneize en la década de los 80s, sin embargo, para 1984 se realizó el movimiento extracancha y firmó para el rival más odiado que pueda existir para la hinchada de Buenos Aires: River Plate.
Los hinchas nunca perdonaron al “Cabezón” y siempre fue hostigado desde su salida de Boca, por lo que su posible regreso nunca se cristalizó tras la recolección de firmas de los seguidores que no querían volver a ver a Ruggeri en su equipo.