La pasión volvió a las tribunas del Corona, donde la afición vibró, grito y alentó a los Guerreros. (Fotografía de Ramón Sotomayor Covarrubias)
El Corona cada vez es un campo donde se ve el buen futbol del torneo mexicano, la afición disfruta de lo bonito de este deporte y cada vez se espera que la alegría de levantar la copa sea una realidad.
Parecía una tarde aplacible aunque calurosa, con unos Guerreros que añora al “Hachita” Ludueña y un motivado Atlas que venían con la calidad de haber vencido al Boca Juniors.
Después de varias jornadas que no habías visitantes, una pequeña pero ruidosa porra del Atlas asistió a la Corona para apoyar a su equipo. Mientras que los locales hicieron una buena entrada, para ver si los Guerreros le repetía la dosis a otro equipo tapatío.
Inicia el juego y los rojinegros controlan el balón. Al lagunero Juan Carlos “Negro” Medina parece que le sienta bien estar en su tierra, al tratar de darle fluidez al ataque atlista.
Matías Vuoso juega al limite de la cancha, busca conseguir penetrar la defensa con su ímpetu que por momentos lo llevan en pelear con todo y en una ocasión lo llevan a las “trancas”, sale volando hacia la banca visitante pero libra chocar con Brindisi. En otra ocasión la pelota le huye en una oportunidad de gol que fabricó el “Guty” Estrada.
Este juego era muy parecido aquel contra Jaguares, sin embargo entra un remolino al Corona sin pagar boleto, para darle un giro a la historia que tenía a un Atlas dominante.
Walter Jiménez entra al área y le cometen penal. Después de un pequeño dialogo, “no yo” decía Matías, “no yo” decía Benítez, el “Toro” toma el balón para convertir su primer gol y bailar por primera vez.
Esto ocasiona a que un aficionado efusivo se suba a la reja y la ponga a prueba por su cuerpo algo excedido de peso. “No sé por que me acorde de la canción ‘un elefante se columpiaba sobre...’”, le dice un aficionado que ve como la malla protectora se zangolotea de un lado a otro.
Pero apenas se baja el individuo para sentarse cuando “Chucho” Benítez arrolló como ferrocarril a cuanto atlista se encontraba, con una jugada de antología que algunos medios de lo descalifican por que a su entender era falta. Otra vez se pone a prueba la doblada malla.
Dos atlistas extraviados van al baño, mientras que en el camino reciben un baño de aguas de dudosa procendecia como de mentadas, hasta un americanista que se equivocó de juego se levanta para aventarles lo que tuviera en la mano. El regreso a sus asientos fue casi un vía crucis, mientras que algunos les dieron con lo que tuvieran ya fuera un vaso, un bolsazo de semillas o un lonchazo. La porra visitante les manda buena vibra a sus compañeros en desgracia.
“Chiquimarco” no compensa y no espera a que los túneles estén listos, los jugadores se meten como pueden a los vestidores. Las Guerreritas entre nuevos peinados y extensiones que les tapan las espaldas, se lucen con una complicada coreografía, a pesar de unos pequeños despistes pero salen adelante con mucha sensualidad.
El juego de los aficionados se pudo ver cual fue la razón por que México no esté en Beijing, los Sub 23 estaban tan mareados como los participantes que no encontraron el marco.
Segundo tiempo, Oswaldo llega a la portería y es recibido con mentadas y gritos por la porra de Atlas. La afición local cobija al seleccionado nacional.
Rafa Figueroa le puso una marca personal a Marioni, que no sabe como sacudirse al defensa lagunero. Gran escapada del ‘Homie’ Castillo que sirve a Vuoso y este mata a Bava con su segundo gol. Oswaldo lo celebra frente a los rojinegros, regresando la cortesía.
No se hace la ola, provocando que Sol le mande un recordatorio maternal a Sombra. Vuoso otra vez se hace presente y consigue su tercer tanto. La malla se dobla pero no se raja y aguanta estoica al emocionado aficionado.
Atlas por fin tiene una oportunidad, anota el de la honra y su porra por lo menos tiene algo que celebrar. Sin embargo, en una gran descolgada del “Chamula” Soto, Benítez pone las cosas como debía de ser. Oswaldo les grita el gol en su cara a los rojinegros.
Oribe con una buena asistencia de Vuoso, consigue el último clavo para que regrese Atlas con las redes llenas de cuero. La reja sigue en pie aún con los seis embates que sufrió del aficionado en este momento se encuentra cercano del éxtasis. Al grado que, aunque no hubo séptimo gol, el pesado amigo se subió para disfrutar de la goleada, ya que ayer en el Corona, éxtasis se dice 6 a 1.
