SEGURIDAD E IDENTIDAD “Por muy poquitas cosas que sean les dan arraigo, les dan seguridad e incluso identidad, por lo que las personas se resisten a dejar sus espacios”. CAROLINA RAMÍREZ FERNÁNDEZ, PSICÓLOGA
Las personas que viven en zonas de riesgo de desastre natural suelen enfrentarse a un estresante dilema
La vida o el patrimonio. Es una decisión que llega a generar un fuerte estrés, en aquellas familias que viven en una zona de riesgo, como es el caso de los vecinos de las colonias ubicadas sobre las márgenes del río Nazas, quienes con su avenida, sus vidas y sus bienes están en juego.
Carolina Ramírez Fernández, psicóloga y coordinadora de la Agencia de Desarrollo de Género en el DIF Torreón, explica que estas familias, como las de la colonia Plan de Ayala, se resisten a dejar sus espacios “porque evidentemente las cosas materiales dan seguridad, porque la gente ha trabajado, ha invertido tiempo y dinero, para poder tener las cosas mínimas para vivir, además porque hay gente con quien conviven, y eso les da seguridad”.
Cuando es necesario cambiar de lugar por una amenaza externa, como lo es el vivir al lado del río, genera en ellos un conflicto, “por la idea de pensar en dejar sus cosas, todo aquello por lo que han trabajado, y por otra parte, al pensar en el peligro que viven al continuar en esta zona”, explica la especialista.
Es una situación compleja, dice Ramírez Fernández, razón por la que es necesario que las autoridades, quienes les exigen salir de sus viviendas, generen confianza, “comprometiéndose a ayudarlos, ya sea consiguiéndoles un sitio en donde guardar y proteger sus muebles, y sobre todo haciéndoles entender que lo más importante es su vida”.
Y es que, de acuerdo con la psicóloga, sus bienes, por muy pequeños que sean, les dan arraigo y seguridad, “e incluso les da identidad, porque es un lugar en donde viven, y cuando se les quita o lo pierden les genera un estrés muy fuerte, que puede convertirse en estrés postraumático”.
Condición que, según Ramírez, puede convertir a una persona, en alguien hostil y agresivo al tiempo que se le ofrece ayuda, “por eso es necesario generarles confianza”.
Así mismo, comentó que aquellas familias que han aceptado el apoyo de las autoridades, deben desarrollar actividades, “para que sientan que no son apestados, pues generalmente rechazan el apoyo por el miedo que les genera la incertidumbre de cómo serán tratados”.
Ramírez Fernández recomienda a las autoridades, además de apoyarlos con espacios para salvaguardar sus bienes y pasar la noche, brindarles ayuda psicológica a través de brigadas, las cuales podrán ser conformadas por estudiantes de psicología de diversas escuelas, “y así ayudan a los afectados a la vez que los estudiantes hacen sus prácticas”, concluyó la psicóloga.
SEGURIDAD E IDENTIDAD
“Por muy poquitas cosas que sean les dan arraigo, les dan seguridad e incluso identidad, por lo que las personas se resisten a dejar sus espacios”.
CAROLINA RAMÍREZ FERNÁNDEZ,
PSICÓLOGA