Cuando ser niño es doloroso

Omisión de cuidados, insultos, golpes y explotación son algunas de las violaciones que se cometen contra niños en La Laguna. Pese a las campañas contra el maltrato llevadas a cabo por las autoridades, siguen reproduciéndose casos como el de Pepe, un menor de edad marcado por la violencia.

Cuando sólo tenía seis años, “Pepe” cambió los carritos y los juegos de futbol por una vieja franela y una botella de “chemo” para olvidar los golpes que recibía a diario cuando su madre regresaba alcoholizada a casa.

Ahora, a la edad de 14 años, vive en un jacal de madera y cartón con doña Licha, quien pese a su condición económica, le brinda un techo y comida, pero sobre todo su amor incondicional, aquel que desde pequeño le fue negado por sus padres.

El patio de aquel jacal, rodeado de muebles y juguetes viejos, charcos de aguas negras y un paisaje poco alentador, es el escenario en donde el joven recuerda su triste infancia.

Ocultando su rostro debajo de una desgastada cachucha roja, “Pepe” platica que desde pequeño su madre, “siempre borracha”, sin razón alguna lo golpeaba hasta dejarlo inconsciente.

Por un momento se detiene, toma un fuerte respiro y continúa con su relato. Sus manos están inquietas, su mirada, perdida… trata de recordar aquel día en el que puso fin a su tortura.

“Siempre salía corriendo”, cuenta, hasta que un día decidió no regresar jamás al hogar que compartía con la mujer que le dio la vida. Sin un lugar a dónde ir, “Pepe” se refugió en las drogas, en el “chemo”, para olvidar por unos momentos la tristeza que su corazón guardaba y el hambre, que en ocasiones era insoportable.

El dinero lo obtenía en los grandes cruceros de la ciudad limpiando carros, en donde recibía unos cuantos pesos, los cuales más tarde su convertían en botellas de pegamento o “chemo”, como lo llama. Semanas después, doña Licha, a quien conocía desde hacía algún tiempo, lo llevó a casa, en donde lo acogió como un hijo más.

Las estadísticas

Un total de 150 casos, como el de Pepe, fueron denunciados en el 2007 ante la Procuraduría de la Familia delegación Laguna, de los cuales 108 se comprobaron como casos de violencia.

En lo que va del 2008, la dependencia ha internado a 25 menores en los diferentes albergues tras haber sido víctimas de violencia por parte de sus padres.

“Únicamente en lo que va del mes de abril, han sido 14 los niños maltratados”, señala la delegada Laura Pacheco Ugues. Mientras que en Gómez Palacio se han denunciado ante la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia, sólo dos casos en los últimos cuatro meses, de acuerdo con la delegada Zulema Contreras Gallegos.

Por su parte, Laura Pacheco Ugues, explica que el número de casos reportados en el 2007, representan un 20 por ciento más que los registrados en el 2006, debido a que existe una mayor cultura de la denuncia en contra del maltrato a menores.

“Aumentó estadísticamente porque estamos en la campaña de ‘No te quedes callado’, desde el mes de noviembre del año pasado”, señaló Pacheco Ugues, quien agregó que en ella, se llevó a cabo la instalación de tres unidades receptoras de denuncias: Francisco I. Madero, Matamoros y San Pedro.

Anteriormente aquellas personas que deseaban interponer una denuncia de ejidos muy lejanos o incluso desde el municipio de Viesca, tenían que hacerlo únicamente en Torreón, situación que los desanimaba por completo. “Ahorita con estas unidades, ya tienen la facilidad de acudir ya no tiene que trasladarse desde el ejido más lejano para denunciar”.

La situación en Gómez Palacio es totalmente diferente. Y es que, de acuerdo con la delegada, las cifras han ido a la baja, debido a la campaña de información que se ha emprendido en los planteles escolares, empresas y guarderías.

“Han bajado los índices a raíz de que se estuvieron realizando conferencias en la escuela, jardines de niños, primarias, secundarias, bachilleres y en las propias colonias, en donde se registró una buena participación”, señaló Contreras Gallegos.

Violación a sus derechos

Pero el maltrato físico y psicológico no son las únicas violaciones que se infieren a los derechos de los niños, también es el omitir su inscripción en el Registro Civil, por lo cual ellos no existen legalmente.

Además, les impide ingresar a cualquier plantel educativo y contar con servicios médicos. “Los privan de muchas oportunidades, de muchos derechos porque no cuentan con un registro porque legalmente no tienen un nombre, porque legalmente ese menor no existe”, señala la delegada de la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia en Gómez Palacio.

Y es que, de acuerdo al Artículo Quinto de la Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Los Niños y Adolescentes en el Estado de Durango, tienen derecho a ser registrados después de su nacimiento, con un nombre y apellidos propios, de conformidad con lo establecido en la legislación civil; a la educación, recreación, información y participación, entre otros.

Sin embargo, de acuerdo con los registros de la Procuraduría, 8 de cada 10 personas acuden a solicitar sus servicios, desde recién nacidos que son llevados por sus padres, hasta personas de 70 u 80 años, no cuentan con su registro, por lo tanto, en el caso de los menores, no han recibido educación.

Aunque, según explica Zulema Contreras Gallegos, algunos planteles aceptan a los pequeños, “es cuando la Secretaría de Educación Pública (SEP) solicita toda su documentación, que se les da de baja de manera inmediata”.

Más que por cuestión económica, es por negligencia de los padres, como se da esta violación a estos derechos, ya que en el Estado de Durango, de manera gratuita, se brinda el servicio de registro a los recién nacidos, “como en el caso del Hospital General”, dice la delegada.

Pero, para terminar con el gran rezago que se tiene el Municipio de Gómez Palacio, la Procuraduría y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en coordinación con la Dirección de Registros Civiles en Durango, emprendió una campaña desde el 15 de abril y que concluirá el 11 de mayo, en la cual se estarán ofreciendo los servicios de registro sin ningún costo.

El castigo

Debido a que, en el caso del maltrato infantil, muchos de los sucesos registrados en las procuradurías de la Familia no son considerados como graves, los padres golpeadores tras liquidar una sanción que va desde los 300 hasta los 800 salarios mínimos, quedan libres de toda acusación.

Sin embargo, según explica la delegada en la región lagunera de Coahuila, Laura Pacheco, de comprobarse que los padres de la o las víctimas no ejercen su función como tal, ni sus derechos ni con sus obligaciones que marca la Ley, respecto a la patria potestad, “vamos como Procuraduría ante un juzgado de lo familiar, a entablar una denuncia en contra de los papás y los abuelos... se espera la sentencia, si procede la demanda se libera la situación del menor, y es hasta entonces cuando se puede dar en adopción a otra familia”.

En los últimos dos años, informa Pacheco Ugues, se han dado cinco sentencias a favor de la Procuraduría de la Familia, “además tenemos otros expedientes que se encuentran en trámite en los diferentes juzgados”.

Pero antes de llegar a esta determinación, la dependencia ofrece a los padres diversas alternativas “ya que nosotros trabajamos para que las familias se vuelvan funcionales”, dice Pacheco.

Estas son: si la madre no tiene quien le apoye y debe salir a trabajar, se busca el apoyo de una guardería; si el pequeño cae enfermo debido a las condiciones de su hogar, se canaliza el caso a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol); “si vemos que el padre no tiene trabajo, lo canalizamos al Servicio Estatal del empleo para que se localice un trabajo en donde haya una seguridad social con prestaciones; que si el padre no consigue el trabajo porque no tiene la preparación académica, lo que hacemos es canalizarlo al INEA para que estudie la primaria o la secundaria”.

Pero, pese a estos apoyos, muchas familias se resisten a cambiar. Sin embargo, de acuerdo con la delegada de la Procuraduría de la Familia, la Ley marca como tiempo límite de tres a seis meses para trabajar con la familia, de lo contrario se entablará dicha denuncia.

El apoyo

Instituciones como: Casa Hogar, dependiente del DIF Torreón y el Programa de Atención a Menores y Adolescentes en Riesgo (PAMAR) también dependiente del DIF, pero en Gómez Palacio, así como la Asociación Pro-Derechos del Niño Makarenko de La Laguna, A.C, brindan su apoyo a jóvenes como “Pepe”, quienes durante años vivieron el maltrato de sus padres.

Ejemplo de ello, es el programa que realiza esta última asociación en conjunto con el Voluntariado de Coahuila, en donde se llevan a cabo visitas en diversas colonias de la periferia para ubicar a los menores más vulnerables.

“Primero entran a un proceso de desintoxicación, pues la mayoría se encuentra envuelto en las drogas, después son integrados a talleres de: manualidades y artesanía, para integrar a los pequeños a la sociedad... será como una autoayuda, además se mantendrán alejados de las drogas”, dice Rosa Martha de la Garza, directora de la institución.

Tal es el caso de “Pepe”, quien ahora a sus 14 años, juega, grita, corre y se divierte con jóvenes de su edad “pero lejos de las drogas”, asegura.

Ahora ha cambiado los cruceros y las viejas franelas, por un carrito de mulas, “en el que, junto con mis amigos, recogemos escombro y ramas de árboles”, materiales que intercambia por unas monedas, las cuales, ya se convierten en alimento y ayuda para doña Licha, quien le ha brindado su apoyo incondicional.

Víctimas y victimarios

A continuación se muestran las características de los niños maltratados y sus victimarios:

Características de los niños maltratados

* Tienen baja autoestima.

* Sumisos y conformistas.

* No expresan afecto.

* Presentan problemas para relacionarse.

Características de los maltratadores:

* Tienen baja autoestima.

* No controlan sus impulsos.

* Fueron víctimas de maltrato en su niñez.

* No saben expresar afecto.

Infancia es destino

“La infancia es igual a destino”, señala la psicóloga especialista en maltrato infantil, María de Jesús Barrios Cortes, quien asegura que el deseo de cambiar puede romper la cadena de violencia que se genera tras el agravio que sufren los menores, física, emocional y sexualmente.

“Cuando somos adultos ya tenemos la capacidad de decidir con que me quedo de papá y mamá, qué es lo que quiero, es lo importante, quererlo”.

Y es que un menor que es violentado puede convertirse en un adulto violento o bien que evite cualquier contacto con sus hijos, “lo que también es considerado como un maltrato, el no tener ningún acercamiento con ellos”, dice.

Para evitarlo es decidirse a cambiar con el apoyo de los profesionales, comenta Barrios Cortes, quien además recomienda a los padres con hijos hiperactivos, a solicitar ayuda antes de caer en el maltrato, “hay que aprender a trabajar, a convivir con estos niños, antes de caer en la violencia... hay que aprender a ser padres”.

FUENTE: Procuraduría de la Familia