Imágen de Santiago Apostol.
Cuencamé Dgo.- El Día del Santo Santiago se ha convertido en un día de fiesta que con el paso de los años se consolida, debido a que la devoción por esta celebración se trasmite por generaciones.
Entre los más antiguos festejos católicos de Cuencamé, se encuentra la Danza de Pluma, en honor al Santo Santiago, que se lleva a cabo los días 24, 25, y 26 y en la que este año, más de 150 personas danzaron en honor al patrono del pueblo del mismo nombre, adjunto a esta cabecera municipal.
A la vez se festejan también a Santa Ana, y San Joaquín, padres de San José, en una tradición que se cree que tras la colonización los españoles heredaron a esta tierra, pues según menciona la historia fue en el actual pueblo de Santiago, donde se fundo la primera misión franciscana.
Sobresale de la Danza de Pluma el gran número de participantes, suman más de 100 danzantes, casi una decena viejos, poco mas de 20 malinches (estos últimos son pequeños danzantes que son participes en una ceremonia en la finalización de la danza) sumando a estos el tamborero, violinista y coheteros.
La ceremonia inicia el 24 de julio por la tarde con una peregrinación al encuentro del Santo Santiago, Santa Ana, y San Joaquín, colocados en parihuelas bellamente decoradas que con anterioridad habían entregado en custodia en diferentes hogares.
El 25 es el día en que se celebra a Santiago Apóstol, patrono del pueblo que lleva su nombre y por ello, cientos de personas se aglomeran a lo largo del día, en el atrio de la capilla que cuenta con techumbre de jarilla fresca, para apreciar los diferentes sones ejecutados por los danzantes, mientras que los festejos culminan el 26, con la pelea de La Malinche.
Datos
Los danzantes visten una falda, cubierta con delantal de manta bordado a mano, camisa o camiseta normal y sobre esta una banda del color de la falda.
Llevan corona de flores de papel de colores y en su diadema espejos y una red de chaquira que cubre el rostro y bajo ésta un pañuelo.
Portan medias de canutillo y guarache de suela rustica tejidos con correas; en sus manos portan una “palma” cubierta de plumas de colores, además de un guaje.