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CUENTEROS EN ZACATECAS

el filósofo de güÉmez

Por RAMÓN DURÓN RUIZ

Nuestro país goza actualmente de más de 400 festivales culturales, expresión viva de la riqueza de nuestras regiones, de la pluralidad nacional, de una nación que en la cultura encuentra la máxima posibilidad del reencuentro reconciliado de todas las expresiones.

Festivales que van desde el Cervantino, en Guanajuato, pasando por el de la Diversidad Sexual, en Zacatecas; Africala. Festival Internacional de Cine Africano, de la Ciudad de México; el Bienal de Artes Visuales, en Mérida; el Concurso Nacional de Video Experimental, en Mexicali; el Concurso y Festival Internacional de Guitarra de Taxco de Alarcón, Guerrero; el Festival Internacional de Tamaulipas; la Cumbre Tajín. Festival de la Identidad, Xalapa; el Festín de los Muñecos. Festival Internacional de Títeres de Guadalajara; el Encuentro Bianual de Decimistas y Versadores de Latinoamérica y el Caribe, en San Luis Potosí. Basta poner nuestra mirada en cualquiera de ellos para deleitar nuestra alma, degustando un gajo de nuestra cultura, en cualquiera de los más de 400 festivales encontramos una fiesta a la vida, a la tierra y al amor, nuestros artistas tienen esa capacidad alquímica de enriquecer nuestra imaginación, haciendo de un vaso de agua un mar en plenitud.

Artistas de todas las latitudes llegan a los festivales de México, con esa sed inagotable de aprender y enseñar, fluyendo al compás de nuestro tiempo y al ritmo de la vida, así, llegan hasta Zacatecas –ciudad del cuento, la cantera y la leyenda– voces de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, España, Perú y México a participar en el Festival Internacional de Narración Oral.

Por distintas veredas y mejores caminos llegarán, del 19 al 26 de julio, hombres con el oficio de vida de cuenteros, para reinventar el mundo –el suyo, el nuestro, el de todos– poniendo en escena al hombre con todas sus posibilidades y realidades. Cuenteros, chamanes de la palabra que, a través de la oralidad, son los constructores del colectivo social, con ellos y gracias a ellos sobreviven nuestras tradiciones, propiciando un diálogo enriquecedor entre el pasado, el presente y el futuro.Ricas son aquellas culturas –como la nuestra– que se conservan con fuertes dosis de oralidad, resultan más vivas que aquellas que conservan sus tradiciones culturales solamente por la vía escrita, porque la letra que no está viva, fija y anquilosa actitudes y pensamientos, que, vistos a la distancia, resultan rebasados por el natural curso de los procesos sociales.

Cuentería en callejones, camiones, panteones, hospitales, casas de la tercera edad, cuentería colectiva en Zacatecas, construyendo nuestra identidad sobre la base de nuestra oralidad, identificándonos con forma viva, con nuestra historia y nuestras raíces, fortaleciendo la idiosincrasia, generando un sentido profundo de pertenencia, enamorándonos de nosotros mismos. Cuentería colectiva construida con palabras venidas de distintos países, cimentadas en el terreno de los sueños y lo real, porque el cuento nos permite tocar la verdadera médula de la vida, un género literario que se constituye sobre valores y premisas que hermanan al hombre en cualquier latitud del universo en que se encuentre. A propósito de cuentos, llegan dos viejecitos a la cantina de Güémez.

––Me han dicho –comenta Respucio–, que las cervezas de aquí le ponen dinamita al “lápiz”, ¿qué te parece si nos tomamos una?

––Tómala tú, si quieres –responde Jelipe–, que yo ya no tengo a quien escribirle.

filosofo2006@prodigy.net.mx

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