La falta de acceso a la justicia y la criminalización de la protesta social son rezagos que persisten en materia de derechos indígenas en el país, afirmó ayer Rodolfo Stavenhagen, Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre la Situación de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de los Pueblos Indígenas.
“En muchas partes, donde hay conflictos sociales serios, el sistema de administración de justicia no está realmente funcionando a favor de los derechos humanos de los pueblos indígenas”, señaló en conferencia de prensa.
El investigador presentó su libro “Los pueblos indígenas y sus derechos”, y manifestó su preocupación de que en México se criminalice la protesta social, y que las eventuales reformas en materia judicial dejen a los indígenas en una posición aún más vulnerable.
“Como los indígenas son el eslabón más débil y más vulnerable en la cadena de derechos humanos, sabemos que si se endurece la legislación, aunque sea con motivos declarados de combate al crimen organizado, los efectos para ese sector más vulnerable pueden ser muy negativos”, consideró el especialista.
Otro aspecto que afecta a los indígenas en México, dijo, son las inversiones, a veces extranjeras, en megaproyectos de desarrollo que tienen efectos no sólo sobre la ecología del país, sino en la capacidad de sobrevivencia de los pueblos indígenas, de acuerdo a sus propios valores.
Asimismo, señaló, tanto en México como en otros países, persiste una brecha entre la legislación en materia indígena y la implementación de dichas leyes.
Destacó que en general, en todo el mundo, hay insuficiencia en el sistema educativo para los indígenas pues los niveles de inclusión a partir de secundaria son elevados al igual que la deserción. Añadió que el sistema educativo no atiende las necesidades de los indígenas.
Amerigo Incalcaterra, representante de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, consideró que México ha asumido un compromiso internacional con los derechos de los pueblos indígenas, pero insistió en que dicho compromiso también implica una gran responsabilidad.
El libro presentado ayer contiene los siete informes temáticos anuales que Stavenhagen presentó al Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas entre 2002 y 2007.