La gente de cero meses a 19 años es la más expuesta al peligro, porque las lesiones traumáticas que sufren ponen en peligro su vida.
Caídas y quemaduras son comunes entre los menores que se quedan solos en casa o aquellos que no son vigilados en los sitios de descanso.
La casa, playas, calles y los parques son escenarios de numerosos accidentes en los días de vacaciones, lapso en el cual los percances se disparan hasta 30% y se han convertido en una “epidemia silenciosa” y un serio problema de salud pública.
Los accidentes, cuando la gente está de vacaciones alcanzan graves consecuencias, basta señalar que son la principal causa de muerte entre niños de uno a 14 años, según estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Amenaza creciente
Fryda Medina Rodríguez, jefa del Servicio de Polifracturados y Fracturas Expuestas de una unidad del IMSS, cuenta que la gente de cero meses a 19 años es la más expuesta al peligro, porque las lesiones traumáticas que sufren ponen en peligro su vida.
La mayoría de los accidentes ocurren entre las tres de la tarde y las ocho de la noche. El hogar, vía pública y carreteras, así como en parques y sitios de recreo, son los sitios donde más percances se registran, insiste.
La cocina, el baño y la sala son los lugares más peligrosos de la casa, por la incidencia de contratiempos que ahí ocurren.
Alerta vacaciones
De acuerdo con registros del Instituto, en las vacaciones de verano se eleva la demanda de atención en urgencias. En 2007, los accidentes en vía pública ocuparon el primer lugar con 23 mil 753 pacientes atendidos y los percances en el hogar con 11 mil 884 casos, el segundo puesto.
Los médicos dicen que dejar solos a los niños en casa sin vigilancia, así como el descuido de padres o personas que los cuidan son las principales causas de los accidentes con traumatismo craneoencefálico, lesiones en extremidades, cuello y columna vertebral.
Un asunto delicado son las quemaduras, que se dan en cualquier época. La Unidad de Traumatología Dr. Victorio de la Fuente Narváez, recibe más de 600 personas quemadas al año. De ellas 200 son niños con lesiones de primero, segundo y tercer grado.
Cuenca Pardo deja en claro que 30% de los pacientes son niños, de éste, 95% menores de tres años los que se queman principalmente con líquidos calientes, ignición súbita, fuego directo y fugas de gas.
Las lesiones van de superficiales a profundas, es decir, que ponen en peligro su vida.
Las distracciones en la cocina o en el baño aumentan el riesgo para que los pequeños sufran quemaduras muy severas.
En este escenario, los médicos reiteran la importancia de promover una cultura de autocuidado, que los padres enseñen a sus hijos a identificar los lugares peligrosos en casa, guardar bajo llave medicamentos, insecticidas y productos de limpieza, que nunca deben depositar en envases de refresco y evitar dejar solos a los pequeños.