El desarrollo de las várices durante el embarazo está ligado a la carga genética de cada mujer.
Las piernas de una mujer en gestación merecen una atención de primera línea para impedir que las várices se conviertan en una tortura durante meses.
Una mujer embarazada puede y debe lucir bella, pues en su estado tiene que mantener alta su autoestima, ya que así transmite su energía al bebé en gestación.
En ocasiones, sus piernas sufren la aparición de várices, esas líneas violáceas o negras, que deben ser atendidas con una serie de medidas prácticas y los productos más avanzados para aliviar el malestar que causan.
La aparición de estos mapas siniestros desatan en las futuras madres una serie de temores, muchas mujeres desconocen que las várices son venas dilatadas bajo la superficie de la piel y que son consecuencia de un problema mecánico absolutamente inevitable.
Los expertos explican que todo se debe a que el peso del útero, cada vez mayor, presiona las venas principales de la pelvis. Estas devuelven la sangre al corazón y pulmones, pero durante el embarazo están muy dilatadas, por el aumento del volumen sanguíneo, y el fluido plasmático se concentra en las vías sanguíneas secundarias.
Dónde nacen
La ciencia médica ha determinado que el desarrollo de las várices durante el embarazo se debe, entre otros factores, a cambios hormonales, que debilitan los vasos sanguíneos, lo cual provoca una disminución en la circulación, y al crecimiento del útero que dificulta el retorno de la sangre desde las piernas hacia el corazón.
Las embarazadas deben saber que se trata de una manifestación superficial de los problemas de la circulación de la sangre en las piernas y también de la insuficiencia venosa, originada por diferencias de presión sanguínea entre las venas y las arterias.
Es necesario que la afectada acuda con el ginecólogo y se atienda el asunto, pues la situación puede llevar a serias complicaciones de salud en la persona que las padece.
Existen productos que ayudan a superar el ataque de las várices, como la línea Hinds Mamá Antivárices, una nueva crema que ayuda a aliviar los síntomas de este problema, piernas cansadas antes, durante y después del embarazo, gracias a que contiene el factor venaflex compuesto por palmaria palmata y arginina, que contribuyen activando la circulación de la sangre.
Piernas sanas
Una buena noticia es que las manifestaciones de las várices son controlables. El dolor, pesadez y ardor, sus primeras señales, pueden ser atendidas, aún antes de que las venas dilatadas sean visibles.
Lo importante es que las mujeres no dejen pasar estos síntomas y tomen las medidas necesarias para evitar su progreso.
De acuerdo con los especialistas, el desarrollo de las várices durante el embarazo está ligado a la carga genética de cada una, es decir, las hijas de mujeres con várices tienen un 50% más de probabilidad de padecerlas, sin excluir del todo a quienes no tengan antecedentes familiares.
Para prevenir las várices se recomienda: levantar las piernas al nivel del corazón por 10 minutos al día, caminar y mover los talones en círculos, practicar ejercicio y cuidar el peso.