Cuando por alguna razón mencionamos la necesidad de utilizar una corona para la reconstrucción de una pieza dental de la primera dentición, algunos padres se asombran, ya que para muchos de ellos es más frecuente escuchar o relacionar coronas con dientes permanentes.
Pues bien, gracias a la introducción de coronas de acero inoxidable a partir del año 1950, su uso ha sido una pieza importante para el tratamiento de piezas temporales anteriores o posteriores, en donde la destrucción del tejido dental ha sido muy extenso, así también, en piezas que han recibido terapia pulpar, dientes con hipoplasia, en pacientes con alguna discapacidad y su higiene oral sea deficiente, también son utilizadas como soporte para mantenedores de espacio y en aparatología protésica. Cabe mencionar que este tipo de elementos pueden ser colocados de igual forma, en algunas piezas permanentes de manera provisional.
Este tipo de restauraciones, están diseñadas como una cubierta metálica, con estructura anatómica preformada, de tamaños diferentes, las cuales se recortan y contornean como sea necesario para poder ser ajustadas y adaptadas.
Su retención y resistencia son muy superiores a las restauraciones convencionales utilizadas en este tipo de padecimientos de la dentición infantil.
Una desventaja que presentaban este tipo de coronas por ser metálicas, sobre todo al ser utilizadas en dientes anteriores, es su apariencia antiestética.
Actualmente, este inconveniente se ha resuelto gracias a la fabricación de coronas con frente estético.
Gracias a la nueva tecnología en instrumental y material odontológico, así como también a la orientación e información que sobre odontopediatría están recibiendo los padres, podemos brindar una mejor y oportuna atención y rehabilitación dental a la población infantil y adolescente hoy en día.
“Es la prevención, nuestra mayor preocupación”.
¡Hasta la próxima!
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