Este padecimiento se define como la disminución o ausencia de saliva, que se puede deber entre otras causas a trastornos emocionales, algunos síndromes, anemia perniciosa, deficiencia de vitamina A, atrofia de glándulas salivales, etc.
Este trastorno puede ocasionar una cavidad bucal séptica, las estructuras dentales pueden sufrir deterioro, se puede presentar también sequedad y lesión de los labios, dolor en las membranas mucosas, fisura de las comisuras bucales, etc. teniendo esto en cuenta es importante que conozcamos un poco más de la importancia de este elemento que para muchos pasa desapercibido y que gracias a él, podemos gozar de una buena salud bucodental.
La saliva está formada principalmente por agua. Carbohidratos, electrolitos, lípidos, mucina, enzimas, aminoácidos, etc.
Su flujo normal ayuda a la disolución de los restos alimenticios en los cuales abundan los microorganismos, participa en la primera etapa de la digestión, humedeciendo el bolo alimenticio facilitando su deglución, desdobla el almidón de los alimentos, gracias a la enzima amilasa.
Su acción amortiguadora, ayuda a neutralizar los ácidos, gracias principalmente a su contenido de bicarbonato, su cantidad y viscosidad pueden influir en el desarrollo de caries, así mismo tiene propiedades antibacterianas, lubrica y protege los tejidos bucales, defendiéndolos de los agentes irritantes externos.
Como podemos comprender gracias a la saliva podemos gozar de una buena salud bucal, parte integral de nuestra salud general.
“Es la prevención, nuestra mayor preocupación”.
¡Hasta la próxima!
email jmoraleshurtado@hotmail.com