Cuando los padres nos comentan que con frecuencia escuchan a su hijo rechinar sus dientes con tanta fuerza que pueden escuchar su ruido a distancia, la pregunta obligada que nos hacen es si esto puede desgastar sus dientes, y la respuesta es un sí, esto dependerá de la frecuencia y fuerza con que lo lleven a cabo.
Este hábito cuyo nombre correcto es bruxismo, definitivamente puede poner en peligro la conservación de piezas dentales.
Algunos niños realizan este frotamiento durante la noche, sin embargo hay quienes lo realizan durante el día, en este tipo de padecimiento es frecuente observar que las coronas de los molares se aprecian aplanadas y los dientes anteriores superiores cortos y planos.
Sobre el porqué de este hábito, podemos mencionar algunas de las explicaciones que se han dado en torno a esta problemática:
*Interferencias oclusales.
*Obturaciones fuera de contorno (altas).
*Tensión nerviosa, estrés especialmente en niños muy nerviosos e irritables.
*Parásitos intestinales.
*Deficiencia nutricional.
Con respecto al abordaje para evitar el daño a las estructuras dentales ante la presencia de este hábito recomendamos:
Evaluar la oclusión y eliminar las interferencias si las hay.
Realizar los estudios médicos pertinentes si se presume de presencia de parásitos intestinales.
Construir un protector bucal para proteger las estructuras dentales y tratar de eliminar el hábito.
Cuando el desgaste dental sea excesivo, haya sensibilidad y pudiera haber exposición pulpar, colocar coronas de acero inoxidable.
Como podemos comprender el rechinamiento dental puede causar muchos estragos en la boca de nuestros niños, por lo tanto si ustedes padres observan este tipo de padecimiento en sus hijos, acuda con el odontopediatra para que lo oriente sobre la mejor manera de corregirlo.
“Es la prevención, nuestra mayor preocupación”.
¡Hasta la próxima!
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