El hijo del Santo, Rodolfo Guzmán Huerta graba filme para dar continuidad al legado de su padre. (El Universal)
El Hijo del Santo tiene la misión, fuera de los encordados, de videograbarse, tomar fotografías y hacerse una auto entrevista durante sus viajes por el mundo para darle forma a un documental que pretende demostrar que la soledad es su peor aliada y nunca formará una pareja atómica con ella.
El documental lo prepara con la colaboración de su esposa, la productora Gabriela Obregón, y cada que parte a una exhibición del deporte de los costalazos le entregan una cámara de video y muchos casetes.
“La idea es que la gente comprenda cómo vivo detrás de la leyenda, cómo a veces hay muchos sentimientos con los que tengo que luchar. Para mí la soledad es mi gran compañera; sin embargo, tengo que hacerme su cómplice y aceptarla, porque viajo solo, estoy en un hotel solo y en esos momentos es lo que quiero expresarle a la gente, que también lloro, que soy de verdad”, reveló El enmascarado de plata.
La idea partió del consejo de su amigo y profesor de la universidad, el escritor Guillermo Arriaga. “Me dijo ‘te voy a dar un consejo, grábate en cualquier parte del mundo donde estés’, y se me quedó muy presente su comentario, ya lo habíamos hecho antes”, platicó el luchador.
Le recomendó al enmascarado y a su esposa, la productora Gabriela Obregón el documental de Win Wenders, Buena Vista Social Club. “No tiene nombre todavía, lo único que hago es seguir instrucciones, grabarme, tomar testimonios y dejar salir al ser humano que se esconde tras la máscara”.
El hijo del enmascarado de plata entiende que deja de ser famoso cuando se despoja de la legendaria máscara, y es muy difícil aceptar que sin ella es una persona común y corriente.
El documental, que tiene planes de transmitirse en Estados Unidos y en algunos cines, es parte de los festejos de El Hijo del Santo por sus 25 años en el deporte de los costalazos.