En un acto de desesperación, algunos de los afectados por las inundaciones en Tabasco, ofrecieron gratificaciones a empleados de Sedesol, para hacer contacto telefónico y poder recibir su tan anhelado vale de enseres domésticos que el Gobierno Federal y Estatal prometieron entregar. (Archivo)
Hace más de 100 días el presidente anunció las ayudas para los afectados por las inundaciones.
Equivocado diseño del programa, errores en la recolección de datos, personal inexperto e insuficiente y la corrupción de brigadistas que realizaron el censo y entregaron los vales, dejó inconformidad entre miles de damnificados de 13 municipios excluidos del programa de reposición de enseres domésticos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Desde el 10 de noviembre cuando se inició el programa hasta la fecha, el plan de Sedesol fue un foco de inconformidad social por parte de los afectados por la inundación, quienes recurrieron a plantones y bloqueos.
Las quejas fueron principalmente por la exclusión de que eran objeto; errores en los nombres y en los domicilios y en los vales; vales sin entregar, aunque estuvieran inscritos, y vales rechazados en los negocios participantes en el programa.
Usurpadores cobran vales
Otra arista de las irregularidades registradas fue la entrega de vales a personas no afectadas, el cobro de hasta tres vales por persona, y el cobro de vales por parte de personas que usurparon a los verdaderos damnificados, entre otras.
Toda esa situación propició la politización del programa de reposición de enseres domésticos de la Sedesol, ya que líderes, alcaldes y diputados encabezaron a damnificados reclamantes de sus vales por 10 mil pesos. Incluso, para hoy lunes el diputado federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Pedro Landero López, convocó a los afectados que aún no han recibido sus vales a una marcha y plantón para exigir esos subsidios.
Hasta el pasado 14 de febrero, según el gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, sólo estaban pendientes unas 12 mil casas para que la Sedesol entregara los subsidios por 10 mil pesos.
Luego de informar que la Federación se había comprometido a complementar el censo para los vales, el gobernador Granier aseguró que el registro se efectuaría de manera rápida y segura, a fin de atender los reclamos de las familias que no habían recibido ese beneficio.
Sin embargo, la Sedesol empezó a liquidar los servicios de las brigadas conformada por 270 verificadores, 54 supervisores y 10 coordinadores, quienes supuestamente estaban “debidamente capacitados”, según informó la dependencia cuando puso en marcha la segunda etapa del censo, el 30 de noviembre del año pasado.
Sedesol, ensayos
Más de 100 días han transcurrido desde que el presidente Felipe Calderón Hinojosa anunció ese programa para las cerca de 160 mil familias afectadas por el caudal desbordado de los ríos que anegó y destruyó sus pertenencias, dejando a muchos de ellos prácticamente en la calle y sin dónde dormir.
Desde un principio, habitantes de rancherías, colonias y fraccionamientos de los municipios afectados por la inundación que sufrió Tabasco desde finales de octubre pasado, se quejaron por haber sido relegados del apoyo federal para adquirir los enseres indispensables.
El 29 de enero pasado, durante su primera y única gira por Tabasco, el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero Arroyo, atribuyó las fallas registradas en el censo y entrega de vales “a la falta de experiencia para instrumentar ese programa”.
“Fue un esfuerzo descomunal por parte de los gobiernos federal y estatal para poder arrancarlo”, aseguró.
El titular de Sedesol mencionó que hasta ese 29 de enero se habían censado 140 mil viviendas, de las cuales 100 mil 194 ya habían recibido el subsidio por 10 mil pesos para reponer enseres.
Cordero Arroyo explicó que la metodología y aproximación inicialmente realizada, seguramente se mejorará en esta última etapa del censo de casas que aún se efectúa, pues las fallas originales respondieron “a la necesidad de premura con que se hizo”, pero que a partir de esa fecha se verificarían con mayor precisión.
El programa se ha tenido que adecuar sobre la marcha, pues al principio la Sedesol estimaba incluir sólo a los polígonos definidos en pobreza extrema que resultaron inundados, pero ante la inconformidad que generó esa decisión, se amplió a todos los afectados por las inundaciones.
También se había informado que sólo se incluirían las comunidades que estuvieran en las fotos satelitales tomadas durante la inundación, lo que se tuvo que rectificar, ya que innumerables poblaciones afectadas quedaron fuera de la fotografía que oficialmente reconocía la superficie anegada.
En un inicio, la Sedesol estableció módulos a donde los damnificados acudían directamente para anotarse y ser incluidos. Largas filas, lentitud y el desorden registrado obligó a la Sedesol a cambiar la estrategia y contrató personal para que acudiera directamente a los domicilios, pero tampoco resultó eficaz.
La dependencia ha venido ampliando la fecha de conclusión del censo y entrega de vales, inicialmente previsto para el 15 de enero pasado, y ahora no se tiene definido en qué tiempo deberá cerrar definitivamente el programa de entrega de esos subsidios.
El pasado fin de semana, todavía en las oficinas que la Sedesol instaló provisionalmente en el Club Campestre, decenas de damnificados llegaban a reclamar sus vales.
