Después de un homenaje entre tulipanes, crisantemos y claveles, además de música de violines y aplausos de familiares y colaboradores cercanos a la familia Cárdenas, Amalia Solórzano Bravo, quien fuera esposa del ex presidente Lázaro Cárdenas del Río, fue cremada en el panteón Francés y sus cenizas fueron resguardadas por la familia, mientras deciden dónde será su última morada.
La ceremonia del último adiós a Amalia Solórzano estuvo encabezada por su único hijo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, familiares y colaboradores de la familia.
Previo al traslado de los restos de doña Amalia, quien participó de manera activa en la acogida de más de 460 niños españoles hijos de combatientes republicanos de la Guerra Civil en 1937, se realizó una guardia de honor en la casa que habitó hasta hace unos días, ubicada en la calle Los Andes, en Lomas de Chapultepec.
En la ceremonia se montó una guardia de honor encabezada por el tres veces ex candidato a la presidencia de la República, Cuauhtémoc Cárdenas; los nietos de doña Amalia, Lázaro (ex gobernador del estado de Michoacán), Cuauhtémoc y Camila Cárdenas Batel; así como por la madre de éstos, Celeste Batel.
Los primeros aplausos y la música de violines (Canon, de Johann Pachelbel) se escucharon al pasar las 10:30 de la mañana de este domingo en la casa de la familia Cárdenas. Hasta ese lugar había llegado la ex presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, la perredista Ruth Zavaleta; el ex vocero de la Presidencia, Carlos Salomón Cámara, y ex colaboradores de Cuauhtémoc Cárdenas en el Gobierno del Distrito Federal, como César Buenrostro, Ramón Sosamontes y Marcos Rascón.
Poco después salió el cortejo fúnebre rumbo al panteón Francés, en el que, a las 11:00 horas, los familiares se despidieron e inició la cremación.
