Aunque el Homo Sapiens posee en promedio mayor peso y talla que su pariente el Neandertal (que vivió hace entre 120 mil y 30 mil años en Europa y Asia), éste tenía un encéfalo más grande, era más musculoso y estaba mejor adaptado al frío. (El Universal)
Con la reconstrucción de restos fósiles y un sintetizador electrónico, científicos en Estados Unidos recrearon el habla de ese homínido.
Si las piedras no pueden hablar, los fósiles sí: tras la reconstrucción del tracto vocal del Neandertal a partir de restos óseos hallados en Francia y con ayuda de un sintetizador, científicos en Estados Unidos recrearon la voz de ese predecesor del Homo Sapiens.
Extinto hace 30 mil años, ese antiguo habitante de Europa y Asia no dejó ningún registro sobre su probable capacidad discursiva. Sin embargo, su largo silencio ha llegado a su fin gracias a la reproducción aproximada de tres tractos vocales de 50 mil años de antigüedad.
Los investigadores modelaron el sonido que la cavidad laríngea del Neandertal debió emitir dadas las dimensiones y rasgos de su cráneo. Determinaron que, en contraste con los modernos lenguajes, cargados de matices y variaciones tonales, el de aquellos parlantes prehistóricos era muy tosco al articular vocales.
Aunque sutiles, esas diferencias lingüísticas pudieron tener un papel muy importante al limitar las habilidades comunicativas de los Neandertal -quienes eran poseedores de un cerebro más grande que el nuestro-, según postulan los académicos. “Ellos habrían hablado un poco diferente.
No habrían sido capaces de producir las vocales unidas que constituyen las bases del lenguaje hablado (actual)”, expresó Robert McCarthy, quien labora en el Departamento de Antropología Física de la Florida Atlantic University en Boca Ratón.
El profesor de antropología quien trabajó con su colega Phillip Lieberman, de la Brown Universityaclaró que dichas vocales (quantales o en “paquete”) proveen algunas claves que ayudan a los hablantes con tractos vocales de diferente tamaño a entenderse entre sí.
Con un sintetizador computarizado, los expertos produjeron sólo un sonido digital que pretende asemejarse al que habría emitido la cavidad laríngea de ese homínido al pronunciar la vocal E (que en inglés suena como la “i” española), según reportaron en la publicación New Scientist. Basado en esta recreación, McCarthy concluyó que a pesar de ser compleja, la lengua del Neandertal le impedía articular vocales en “paquete”.
Así, no podría distinguir entre la pronunciación ligeramente diferente de las palabras inglesas beat y bit.
ESPECIES CASI IDÉNTICAS
Algunos restos del Homo neanderthalensis -que vivió hace 120 mil y 30 mil años aproximadamente- muestran grandes similitudes morfológicas entre éste y el humano moderno. Por ejemplo, los canales hipoglosales (dos huecos que alojan a los nervios controladores del movimiento de la lengua), ubicados en la base del cráneo, tienen tamaños similares en ambas especies.
Otras pruebas recientes, basadas en análisis genéticos, postulan que ambos ejemplares poseen una semejanza de 99.5%, ya que sus respectivos genomas sólo difieren en tres millones de pares de bases, de un total de tres mil millones. (Cabe recordar que el genoma de los chimpancés diverge del nuestro en unos 50 millones de ellas.)
Eso no es todo: en 2007 el biólogo Svante Paabo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Lepizig, encontró en huesos de Neandertal excavados de la cueva El Sidrón (España) la versión de un gen, denominado FOXP2 (también presente en nosotros) esencial para el desarrollo del lenguaje.
Sin embargo, Erik Trinkaus, de la Washington University en San Luis, no está de acuerdo en atribuir la capacidad lingüística a un solo factor, como la estructura de la laringe: “Finalmente, lo que importa no es la anatomía de la boca, sino el control neuronal sobre ella”, señaló el antropólogo, y sugirió que la mayor masa encefálica del Neandertal pudo ser un adaptación en ese sentido.
Otro equipo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley, encabezado por David de Gusta, puso en duda a principios de esta década la tesis de que el tamaño de los mencionados canales hipoglosales sea un indicio válido de la capacidad discursiva de una especie, pues encontró que estos conductos existen en chimpancés y otros primates incapaces de hablar.
El científico y su equipo examinaron los rasgos físicos de 30 primates no humanos y encontraron que 15 de ellos poseían canales hipoglosales mayores que los nuestros. A partir de ello concluyeron, en un reporte publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, que los ejemplares estudiados deberían poseer conductos de menor tamaño, dado que carecen de lenguaje.
Pero en los hechos ocurrió lo contrario: “Concluimos que el tamaño del canal hipoglosal no es un indicador fiable del habla. Por lo tanto, el fechamiento del origen del lenguaje humano y las habilidades vocales de los Neandertal siguen siendo preguntas abiertas”, reconoció De Gusta.
También habría que considerar los factores culturales que condicionan estas capacidades, más allá de los aspectos biológicos o arqueológicos. Por ejemplo, desde la perspectiva lingüística ciertos idiomas modernos, como inglés o francés, dan menos énfasis a unas vocales que a otras, aun cuando posean muchas en su alfabeto.
Neandertal contra Homo Sapiens
Neandertal
■ Altura: 1.52 a 1.82 metros.
■ Peso corporal: 64 kilográmos.
■ Peso cerebro: 1,200 a 1,700 gramos.
Homo Sapiens
■ Altura: 1.52 a 2 metros.
■ Peso corporal: 78 kilogramos.
■ Peso cerebro: 1,300 a 1,500 gramos.
FUENTE: El Universal