En este mundo hay gente que se deja llevar fácil y repetidamente por sus fobias y obsesiones, y es capaz de hacer cualquier cosa con tal de fastidiar a aquellos a quienes odia o simplemente desprecia. Son de esos que nunca han entendido el apotegma: “Siéntate en el quicio de tu puerta, y espera ver pasar el cadáver de tu enemigo”. No, a los que me refiero no tienen semejante paciencia, y hacen todo lo posible por llenarle el buche de piedritas a quienes considera sus Némesis.
George W. Bush, bien lo sabemos, es el enemigo favorito de Hugo Chávez. Al texano tonto del pueblo lo ha acusado de todo: de promover la desintegración de Bolivia, de urdir complots en contra suya, de preparar una invasión a suelo venezolano… todo ello, mientras no deja de venderle petróleo; y en cantidades sustanciales.
Además, la respuesta norteamericana a estas acusaciones ha sido tibia, por decir lo menos. Lo que diga o deje de decir un dictador tropical al Imperio le tiene sin cuidado. Después de todo, ya están acostumbrados: han tenido medio siglo de experiencia tratando con otro dictador tropical, ahí nomás tras lomita de Florida. No que les haya funcionado la estrategia… Bueno, la experiencia dicta que ninguna estrategia parece funcionar con los Castro.
Pero ahora el ingenioso de Chávez encontró una manera de molestar a los Estados Unidos con asuntos un poco más delicados. ¿Cómo? Pues acercándose muuuuy amistosamente a los rusos, incluso permitiendo maniobras militares de Rusia en Venezuela, tanto aéreas como marítimas.
No que los rusos sean lo que antes fueron, ni constituyen amenaza alguna para el Hemisferio Occidental; pero los americanos, bien lo sabemos, suelen reaccionar por reflejo. Y tener a sus viejos rivales en su patio trasero no les hace ninguna risa.
Por supuesto, viendo las cosas fríamente, las maniobras conjuntas ruso-venezolanas son básicamente una vacilada, sin mayor peso estratégico. Pero tienen la suficiente exposición mediática como para picarle la cresta a los americanos, quienes desde 1898 han considerado al Caribe como un área estratégica en donde nadie puede retar su hegemonía… por eso Cuba les ha dolido tanto desde hace casi cincuenta años.
Y además, con ello los rusos les dan a los yanquis una sopa de su propio chocolate: tú andas metiendo las manotas en Georgia, entonces yo paseo mis barcos y aviones por las costas de Sudamérica. Para que veas lo que se siente.
Sí: a veces los países poderosos se comportan como adolescentes bravucones. Y por fortuna, generalmente recurren a los golpes con menos frecuencia que los adolescentes bravucones. Esperemos que éste sea el caso.
