De Frebte y Perfil
Daniel Estrada
El Siglo de Durango
Ficha técnica:
Jesús De la Torre Torres.
Lleva dos años como Administrador del Panteón Municipal.
Tiene 36 años de laborar en el camposanto.
“Aquí trabajó 47 años de su vida mi padre y ahora éste es su hogar”.
Don Jesús nunca ha trabajado en otra cosa que no sea en el Panteón Municipal, incluso su padre se desempeñó por 47 años en este cementerio y fue él quien lo invitó a trabajar en este lugar, donde ha sido tres veces administrador y se ha desempeñado también como vigilante de un lugar del que no imagina la posibilidad de estar lejos o dedicarse a otra cosa, pues está es su vida, “estar cerca de los muertos todo el tiempo, para lo que se llegue a ofrecer”.
Admite que cuidar el antiguo cementerio es muy complicado, sobre todo cuando sólo se cuenta con dos vigilantes, mientras que se siente admirado de cómo ha aumentado la afluencia de visitantes en las últimas tres décadas.
Conoce el lugar de esquina a esquina y sabe cuál es la dimensión del lugar, cuántas tumbas hay y además “no le tiene miedo a los muertos”.
¿Cuánto tiempo tiene de trabajar aquí?
Como administrador llevo dos años, aunque he ocupado el mismo cargo en tres ocasiones, pero trabajando en el Panteón llevó 36 años y fue mi papá quien me invitó a trabajar aquí, donde él pasó 47 años de su vida.
¿Y dónde está su papá?
Aquí sigue, pero desde hace cinco años que falleció y su lugar de trabajo ahora es ahora donde descansa, aquí pasó la mayor parte de su vida y ahora aquí es su hogar.
¿Qué cambios ha visto en la celebración del Día de Muertos en 36 años?
La cantidad de visitantes se ha elevado mucho, en un principio recibíamos unas 15 mil ó 20 mil personas, que en comparación de las que vienen ahora, -esperamos el arribo de 250 mil- la diferencia es abismal y creo que se debe a la cantidad de gente que ha sido sepultada en este lugar donde hay 270 mil sepulcros, grandes chicos, viejos y nuevos. También creo que la tradición del Día de Muertos se ha arraigado con el paso del tiempo y ahora hay más gente que acostumbra acudir en especial en este día a llevarle flores a sus difuntos.
¿Cómo hace para mantener vigilado este inmueble?
Es muy difícil, solamente tenemos dos vigilantes que se encargan de recorrer las 28 hectáreas, que comprende este viejo cementerio, que ya tiene 148 años de haber sido fundado. Hay que cuidar que la gente no se brinque cuando está cerrado, que no profanen las tumbas y no hagan destrozos, pues hay ciudadanos que son muy celosos de los sepulcros de sus familiares y con justa razón.
¿No se ha aburrido de pasar tanto tiempo en este lugar?
Yo no me veo haciendo otra cosa, más que aburrirse uno se encariña y acostumbra a su trabajo, mismo que además me heredó mi padre, es decir, soy la segunda generación de la familia De la Torre que se desempeña en este camposanto.
¿Cómo ve la seguridad para estos días 1 y 2 de noviembre?
Hay mucha vigilancia por parte de la Dirección de Seguridad Pública, hay policías en todos los accesos, recorriendo el interior y exterior del panteón para evitar que se presenten problemas y en caso de que los haya, corregirlos en breve. También está presente la Cruz Roja y la Secretaría de Salud, además del personal que ha sido llamado y capacitado para atender a los ciudadanos que vienen hoy.
¿En todos estos años tiene alguna experiencia fuera de lo normal?
Fíjese que no, -sonríe- y eso que por motivos de trabajo hay veces que estamos aquí hasta tarde, pero a diferencia de lo que cuenta mucha gente, a mí no me ha tocado vivir algún suceso de miedo, aunque hay quienes platican y aseguran que sí han visto apariciones.