De Frente y de Perfil: Entrevista a Jaime Bocanegra Gallegos
Las prioridades en la vida del hombre y del funcionario se conjugan, sin embargo la nostalgia de la distancia de su familia invade y agobia al padre y al esposo, puede escucharse contradictorio, el motor y el suplicio son ambas cosas. Por una parte es la pasión, por otra, el sacrificio; encontrarse lejos de lo que más se quiere, pero siempre en búsqueda del bienestar de la familia. Jaime Bocanegra, titular de la Conafor, disfruta su responsabilidad como funcionario, la cercanía con la gente del campo, pero acompañado de la soledad, pues sus cuatro mujeres están lejos, por lo menos físicamente.
“Dentro de las satisfacciones que tengo son: mi familia y desarrollar el trabajo que me gusta, además de poder servir a quienes lo necesitan”.
Jaime Bocanegra Gallegos, encargado de la Gerencia Regional III de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
Edad: 45 años.
Escolaridad: Licenciatura en Agronomía.
Especialidad: En bosques
Familia: Esposa y tres hijas (radican en Guadalajara).
Hermanos: Cinco (tres hombres y dos mujeres).
¿Cuáles son las primeras adversidades de su vida que mantiene en sus recuerdos?
Yo soy de la comunidad La Campana, Lerdo, Durango, un lugar muy pequeño y con muchas carencias… tuve que egresar de mi lugar de origen a Picardías, Durango, para poder seguir estudiando, me fui solo (estudios de primaria); en secundaria tuve que estudiar en un internado en Santa Teresa, Coahuila, porque mi familia no tenía recursos para darme otra alternativa de formación.
¿Y cuál considera un buen recuerdo dentro de las adversidades?
Una vez fui nombrado como el mejor alumno del ciclo escolar y como premio viajé al Distrito Federal y conocí al presidente Luis Echeverría y así conocí esa ciudad.
¿Cuál fue la principal motivación para seguir estudiando?
Algo que me impulsó fue la pobreza de mi comunidad, donde el alcoholismo es el fenómeno que tiene secuestradas a las personas de las comunidades rurales y yo quería otra cosa, poder ayudar al desarrollo de mi lugar de origen.
¿Qué carencias tiene la comunidad que lo vio nacer?
Mira, actualmente el problema sigue siendo el del agua, son 40 familias aproximadamente las que habitan en ese lugar y cada tercer día reciben agua, pues en ese lugar no hay.
¿Cuál es el recuerdo más doloroso en cuanto a la escasez de agua que tiene de La Campana?
El llanto de una madre que perdió a su bebé a consecuencia de una enfermedad por falta de higiene… yo aprendí a manejar a los 12 años y mi papá tenía una camioneta y una vez me tocó llevar a una mujer con su hijo enfermo… fue una madrugada y nos dirigíamos a Torreón para que el niño recibiera atención médica, pero la mamá perdió a su hijo.
¿De qué manera se ha comprometido con la comunidad rural?
Me gusta mucho identificarme con las comunidades rurales y ayudo hasta donde está mi alcance, tengo por convicción que a los campesinos que visiten una oficina no se les debe hacer esperar… eso de estar afuera de las oficinas me traen recuerdos poco agradables, recuerdo la situación que mi papá (ejidatario) enfrentaba.
Me desespera mucho no tener la respuesta que piden las comunidades… a los campesinos que transitan por las oficinas sin encontrar una respuesta… sólo esperanzas, creo que las instituciones no deberíamos olvidar nuestras raíces, venimos del campo, yo sé que no soy el único funcionario que ha tenido carencias en su vida… nadie lo debería olvidar.
¿Cuál es la parte más difícil de crecer como profesionista?
El sacrificio que tengo que hacer en la parte familiar, tengo una esposa y tres hijas, ellas siempre me han apoyado, aunque yo no he podido estar con ellas, les he faltado, sin embargo, saben que esto es por nuestra familia.
Busco crecer como profesionista para mi familia en primer término, siempre he estado involucrado con el sector forestal, de hecho nunca he operado fuera de esa área… es importante que a mi familia le guste lo que yo hago para que me pueda entender y apoyar, mis hijas conocen mi trabajo y ellas son muy conscientes de la preservación del agua y de los recursos naturales en general, su madre y yo nos hemos empeñado en eso.
¿La soledad toca a su puerta con frecuencia?
Sí… sobre todo en la noche, de hecho muy seguido; siento que el sacrificio es grande por parte de mis hijas y de mi esposa, pero esto se ha podido llevar adelante por las aras de confianza que tengo depositadas en mí.
Por Yadira Ramírez Villarello
El Siglo de Durango