Así terminaron los aficionados a los Rayados del Monterrey luego del empate de Arce.
De la tristeza de ver perder al Santos Laguna 2-0, al minuto 52 de tiempo corrido, al estallido de alegría que produjo la anotación de Fernando Arce en tiempo de compensación, fueron los estados de ánimo que vivieron los cerca de 17 mil aficionados que abarrotaron ayer el Estadio Corona para ver que su equipo hizo honor a su mote de Guerreros, pues nunca se dio por vencido.
La fiesta de la santosmanía regresó de nueva cuenta a la Comarca desde horas antes del partido. En los diferentes cruceros de la ciudad aparecieron los vendedores de banderas de todos tamaños, desde las que pueden ensamblarse en los vidrios de los carros hasta la tradicional bandera del Guerrerito, incluyendo pequeñas sombrillas con los colores del Santos Laguna.
Por los bulevares, avenidas y calles de Torreón aparecieron los carros con diferentes leyendas escritas en los espejos traseros o laterales: “Vamos, Guerreros, vamos”, “La mejor afición: La Laguna”, “Santos, 100% Cab...”, “¡Santos, campeón!” y “La mejor afición de México respeta al rival”, entre otras.
La gente empezó a llegar al Estadio Corona desde las dos de la tarde, la Monumental Victoria empezó a llenarse desde la apertura del inmueble, después fue Sombra Norte; las localidades que tardaron más para llenarse fueron Sombra Sur y Plateas.
La temperatura era de 38 grados y un viento fresco aminoró el rigor de la misma, mientras que por el sonido local el “Flipi” Nevares exhortaba a la afición lagunera a que no arrojara objetos a la cancha, ya que la mejor forma de festejar el 25 aniversario del Santos Laguna era con el tercer campeonato de su historia.
A las 16:25 horas salió a calentar el guardameta Jonathan Orozco, del equipo Monterrey, siendo recibido con la primera rechifla de la tarde. Un minuto después apareció Oswaldo Sánchez y el júbilo estalló en la tribuna.
Mientras los dos guardametas hacían su calentamiento, el anunciador oficial presentó al campeón mundial supermosca Christian Mijares, quien fue recibido con una gran ovación.
Cuando faltaban seis minutos para que diera inicio el partido salieron a realizar sus ejercicios de calentamiento el árbitro central Mauricio Morales y sus auxiliares, mientras las edecanes exhibían la cartulina con la leyenda “Yo voy a ser campeón, ¿y tú?”, al reverso de la misma había una serie de indicaciones para los aficionados.
Por fin, a las 16:56 horas saltó el Santos Laguna a la cancha entre aplausos y porras de sus seguidores, mientras que el Monterrey fue recibido con una rechifla general. Después del protocolario saludo de los capitanes Oswaldo Sánchez, de los Guerreros, y Jesús “Cabrito” Arellano, del Monterrey, se dio un minuto de aplausos en memoria del empresario regiomontano don Eugenio Garza Lagüera, fallecido anteayer en la Sultana del Norte.
A dos minutos del silbatazo inicial se vivió la primera emoción en la tribuna, cuando Fernando “Tano” Ortiz remató de cabeza por encima del travesaño. La primera incursión de Matías “Toro” Vuoso al área regiomontana hizo que los tambores de las porras laguneras sonaran más fuerte.
El técnico Ricardo Antonio La Volpe estuvo tranquilo los primeros 15 minutos del encuentro, pero su rostro empezó a mostrar preocupación cuando el defensa central Felipe Baloy le hizo la señal de cambio.
El zaguero panameño se lesionó el muslo izquierdo en los tres primeros piques que sostuvo al arranque del partido con el “Toro” Vuoso, y hubo necesidad de que entrara en su lugar Pablo Serafín.
El guardameta regiomontano Jonathan Orozco trabajó ayer a destajo, pues desde el minuto 17 empezó a multiplicarse cuando a una mano desvió a tiro de esquina un potente disparo de Daniel “Hachita” Ludueña, que despertó el alarido en las tribunas.
Los aplausos de aliento al Santos Laguna cobraban fuerza en las tribunas, el grito de gol se hizo presente con el “riflazo” de Walter “Lorito” Jiménez que desvió de nueva cuenta Jonathan Orozco a tiro de esquina.
El calor hacía sentir sus efectos y al minuto 33 el árbitro central Mauricio Morales hizo una primera pausa en el partido para que los jugadores se hidrataran. Minutos después salieron a calentar Juan Pablo Santiago y Johnnie García, ya que Fernando Ortiz empezaba a resentirse del esguince que había sufrido en tobillo izquierdo.
Daniel Guzmán manoteaba en el área técnica, mientras transcurrían los últimos minutos del primer tiempo y su equipo no anotaba, a pesar de generar llegadas al frente.
Al saltar a la cancha en el segundo tiempo, el guardameta Oswaldo Sánchez se dirigió al público de Plateas y Sombra Norte para pedir un poco de calma.
Fernando “Tano” Ortiz no pudo continuar en el partido y al minuto 48 entró en su lugar Juan Pablo Santiago, quien al primer balón que tocó remató de cabeza y puso a temblar a Jonathan Orozco, quien tuvo que emplearse a fondo para desviar el balón a tiro de esquina.
El Estadio Corona enmudeció por completo al minuto 52 cuando Jared Borgetti anotó el primer gol del encuentro, con el cual se ponían adelante los Rayados 2-1. Jared no festejó el tanto, tal y como lo había prometido con anterioridad.
La afición lagunera respondió a esta anotación con el grito de ¡Santos, Santos! para alentar a su equipo, mientras el técnico Daniel Guzmán pedía a sus jugadores que se ordenaran en la cancha y Juan Pablo Rodríguez exhortaba a Christian Benítez a que los ayudara en la recuperación de la pelota.
La segunda anotación de los Rayados, conseguida por Humberto Suazo al minuto 63, cayó como “balde de agua fría” entre la afición lagunera, y de inmediato hubo reclamos en la tribuna: “Pónganle huev...” y “éntrale pin... negro”, entre otros.
Rafael Cárdenas Guerrero, lagunero residente en Denver, Colorado, entristeció cuando Santos Laguna perdía 2-0, “no puede ser posible que haya venido a ver perder a mi equipo”, expresó el seguidor de los Guerreros.
Los coros en la tribuna a favor del Santos Laguna no cesaban, a pesar de que al minuto 71 el silbante Mauricio Morales le anuló un gol a Matías Vuoso y el guardameta Jonathan Orozco se prodigaba para resolver las situaciones de peligro.
Al minuto 76 Matías Vuoso le regresó la vida al Santos Laguna al rematar de cabeza un balón que había despejado de tijera en la raya de gol el defensa Diego Ordaz, y que el “Toro” con el oportunismo que lo caracteriza envió el balón al fondo de las redes para hacer vibrar a la tribuna.
El árbitro Mauricio Morales ordenó cinco minutos de compensación, los cuales fueron intensos, con un Santos Laguna volcado en la portería de los Rayados y un impaciente Ricardo Antonio La Volpe que exigía concentración a sus jugadores, cuando de repente surgió Fernando Arce dentro del área regiomontana para rematar de cabeza y empatar el encuentro ante la algarabía del público.
El Estadio Corona se convirtió en un manicomio, el silbatazo final de Mauricio Morales marcó el inicio del festejo de ayer y de la lucha por la conquista del tercer título en la historia de los Guerreros.
La afición permaneció de pie varios minutos para ovacionar a su equipo, mientras los jugadores se felicitaban entre ellos, y en las tribunas el comentario fue el siguiente: “Santos Laguna pinta para campeón”.