A lo largo de la vida, hemos conocido a muchos personajes, poseedores de privilegiada voz, que les ha servido para destacar como comunicadores.
Y esto nos llamó la atención desde nuestra niñez en nuestro pueblo natal.
Lipe Antonio fue el primero que se ganó un sitio especial en la comunidad por el timbre de su voz, que le permitía dar mensajes por las calles, utilizando para ello una bocina hecha de cartón, pero muy bien elaborada y mejor terminada.
Su tarea principal era anunciar las películas a exhibirse en el Cine Edén, y tiempo después, cuando apareció la electrónica lo hizo por el equipo de sonido de dicha sala de espectáculos.
Su dicción era clara, y había que escucharlo cuando pronunciaba a la perfección los nombres de los artistas extranjeros.
Cuando llegamos a la Comarca Lagunera, los amos de la radio eran entre otros Rodolfo Guzmán Jr., Alonso Gómez Uranga, Armando Navarro Gascón, Mario Nolasco Bravo y Félix Alonso, María Elena García, y Héctor López Quiñones entre otros. Posteriormente destacarían las voces de Ángel García Castillo, Marcela Pámanes y Rafael Rossell, entre otros.
Invitados por Rodrigo Lemus, propietario de la XETJ incursionamos en la radio lagunera con un pequeño espacio que fue el antecedente periodístico de esta columna, pues ahí, al lado de Sergio Martínez Valdés, hablábamos de cosas que veíamos por nuestras calles.
En la Escuela Bancaria y Mercantil por cuyas aulas pasamos, tuvimos la compañía del compadre Alberto Orozco Fraire de paso fugaz por esta vida, y fue él quien nos habló de un jovencito que pedía oportunidades aquí y allá, llamado Alberto Aguilera y conocido después como Juan Gabriel.
Y en esta casa estuvo trabajando Baltasar García Castillo, quien nos hablaba mucho, y con orgullo de su hermano Angelito, quien empezaba a destacar también en la radio y quien hoy goza de fama recordando el ayer.
La radio en La Laguna está llena de historias, algunas de ellas conocidas por nosotros y otras vividas también. Ojalá alguien escribiera un libro sobre este tema.