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De los infiltrados y la corrupción en los Tribunales Federales

Mirando a fondo

Víctor González Avelar

SE CUMPLEN LOS CIEN DÍAS que la sociedad fijó al Gobierno Federal, a los gobiernos de los estados y a los municipales, para que tomara medidas radicales y efectivas tendientes a terminar con la ola de criminalidad que ahoga a nuestro país.

LOS RESULTADOS obtenidos hasta ahora especialmente por el Gobierno Federal, son reconocidos por algunos sectores, pero otros no se muestran conforme en que las cosas se hayan hecho como los mexicanos lo exigen y todos nos merecemos; sin embargo, habría que tratar de hacer un recuento sobre los sucesos que de una u otra manera han combatido y con éxito al crimen organizado.

QUIZÁ LO MÁS IMPORTANTE en estos últimos días, fue el descubrimiento de la infiltración que el crimen organizado y los narcos hicieron al mismísimo corazón de la Procuraduría General de la República, cuando el subprocurador Noé Ramírez Mandujano, el llamado Zar antidrogas de México, (la verdad un descastado y traidor); el jefe de la Interpol en México y en una decena de direcciones, responsables de áreas, oficinas, de comisionados, de coordinadores y jefes en las policías federales. Hasta el mismísimo secretario de Seguridad Pública del Gobierno Federal, Genaro García Luna, se encuentra bajo sospecha.

ESTE GRUPO DE INFELICES al servicio del crimen, usaron la confianza que los mexicanos depositamos en ellos, para que en lugar de defendernos, se convirtieran en soplones al servicio de los malandros y prevenirlos para que se desarticularan los operativos que las autoridades instrumentaban buscando aplicar la Ley. Estas conductas de estos canallas se equiparían a los traidores a la patria en tiempos de guerra, ya que encontrándose nuestro país en una verdadera guerra frente a la delincuencia, estos bellacos traicionaron al país que los vio nacer y a la sociedad que en ellos depositó su confianza.

LAS NOTICIAS AHORA son al revés. No informan de cuántos delincuentes han sido detenidos y sujetos a proceso, no, las notas que aparecen en los medios y en la televisión dan cuenta del número de funcionarios infiltrados en los mandos de la Policía Federal Preventiva, de la AFI, de la Procuraduría General de la República o de la Interpol que fueron detenidos o arraigados por haberse convertido en traidores soplones en favor del crimen, mediante el pago en dólares que llegaron, según notas de prensa, hasta 450 mil pesos mensuales. Cuántos casos más no habrá respecto de las averiguaciones previas y consignaciones de los malandros a los jueces federales, y que fueron levantadas y practicadas dolosamente para privilegiar a los delincuentes y facilitar su libertad. ¿Cuántos agentes del Ministerio Público Federal transmutados en soplones y traidores están en estos momentos incrustados en sus cargos y que a la fecha no ha sido posible descubrir? Esto sería muy difícil saber por ahora.

SI EL PROBLEMA ESTABA COMPLICADO ahora se hace más intrincado, pues será necesario que el presidente Calderón y Medina-Mora se pongan a limpiar las oficinas de los traidores infiltrados, ya que de no hacerlo previamente, ninguna acción persecutoria del delito, o la instrumentación de cualquier operativo serían imposibles lograr. De ahí que primeramente se habrá de limpiar la cloaca.

DE AHÍ QUE EL BALANCE de los cien días pactados para acelerar la lucha en contra del crimen organizado, no sea posible practicarlo en los términos planeados, ya que cuando se celebró el compromiso no se sabía de la circunstancia de los infiltrados y traidores al seno de los organismos encargados de cumplir con el pacto.

PERO CON RELACIÓN a estos delicados asuntos, habría que hacer una mención especial a de lo dicho por el presidente Calderón con relación a la depuración del Poder Judicial de la Federación. Lo afirmado por el Ejecutivo no fue comentado por los medios y casi podríamos afirmar que pasó desapercibido; sin embargo las declaraciones revisten mayor importancia, pues es la primera vez que yo recuerde, que un presidente de la República dice que podría existir corrupción al interior de los tribunales federales específicamente con relación al crimen organizado.

HISTÓRICAMENTE EL PODER Judicial Federal se ha mantenido al margen de los temas de corrupción. En lo general ha sido reconocido por la población, como un instrumento que administra justicia pronta, expedita y apegada a la Ley. Los tribunales federales tienen el reconocimiento de abogados, litigantes y de la sociedad como instancias de justicia creíble y valedera.

ES POR ELLO QUE el señalamiento que hizo el presidente merece más atención por parte de la opinión pública y de las instancias de Gobierno por una muy importante razón: Si el presidente afirmó que existe la necesidad de depurar al Poder Judicial Federal, esto quiere decir, que tiene información creíble y fidedigna de que sí existe algún tipo de corrupción a su interior relacionada con el crimen organizado, asunto que sería de suma gravedad y desalentador para todos los mexicanos.

SI AL INTERIOR DE LA PROCURADURÍA hay corrupción y al interior de los Tribunales Federales puede también haberla, díganme ustedes: ¿A qué santo nos tendremos ahora qué encomendar los mexicanos?

“Los crímenes colectivos no comprometen a nadie”. (1769-1821). Napoleón Bonaparte, emperador de Francia.

Comentarios gaasoc@hotmail.com

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