¡No lo olviden, queridos cuatro lectores míos de la Ciudad de México! ¡Hoy a las 4 de la tarde, en la Sala "Bernardo Quintana" del Palacio de Minería, presentaré mi libro "De abuelitas, abuelitos y otros ángeles benditos", que ha sido, a Dios gracias y a ustedes, uno de los mayores éxitos editoriales en lo que va del siglo (que no es mucho). Hablaré de lo que mis cuatro abuelos fueron para mí; contaré cosas de mi vida que no he dicho nunca en público, y hablaré de lo que somos esos felices mortales que gozamos la ventura de tener un nieto o una nieta. Espero verte ahí para darte un abrazo y para decirte lo mucho que como lector significas para mí... "¡Papi, papi! -sollozaba Pepito acongojado-. ¡Mi mami no tiene alma!". "¿Por qué dices eso?" -pregunta el genitor al escuchar tan desgarrado anuncio. Responde el niño entre gemidos: "Porque ahora que llegaste un hombre saltó por la ventana, y mi mamá dijo muy triste: ‘¡Adiós, mi alma!’"... Susiflor y Rosibel hablaban de sus respectivos novios. Comenta Susiflor en tono quejicoso: "Libidiano se aprovecha de mí". "En cambio -dice Rosibel con acrimonia- Inepcio me desaprovecha"... Declaraba don Frustracio, esposo de doña Frigidia: "En la mujer el apetito sexual comienza con la adolescencia y termina con el matrimonio". (En efecto, hay un alimento que suprime automáticamente el interés de la mujer en el hombre. Se llama "pastel de bodas")... Babalucas andaba muy ronco; casi no podía hablar. Le preguntó un amigo: "¿Por qué andas tan ronco?". Explica el badulaque: "Es que hablé a Cuernavaca". "No creo que sea eso -acota el amigo-. Yo también hablé a Cuernavaca, y no ando ronco". "Sí -reconoce Babalucas-. Pero tú hablaste por teléfono"... El príncipe Uglicio era tan feo que la Cenicienta, en vez de escapar del baile a las 12 de la noche, escapó a las 7 y media"... La mujer le anuncia al hombre: "Tendremos que casarnos Cinicio. Voy a tener un hijo". Responde el caradura: "Un hijo, Docilia, no es razón suficiente para que un hombre y una mujer se casen". Replica ella con enojo: "Uno posiblemente no, caón, ¡pero nosotros ya tenemos cinco!"... Al empezar la noche de bodas el novio le dice a su flamante mujercita: "¿Recuerdas cómo nos conocimos, Dulcilí? Subiste al autobús, y yo te di el asiento. Pues bien: ahora es tu turno"... Los estudiantes le pidieron a su profesor que les dijera cuál era su mayor placer. Él respondió que su placer mayor era hacer el amor con su mujer, pero a ella le contó que les había dicho a sus alumnos que su mayor placer era ir a misa. Días después la señora se encontró a un grupo de discípulos de su marido y les comentó: "Supe que le preguntaron a mi esposo cuál era su mayor placer, y me extrañó mucho lo que les contestó. Sinceramente, la primera vez lo tuve que obligar; la segunda fue cuando nos casamos, y la tercera vez se quedó dormido"... Un líder sindical tuvo un pleito muy grande con su mujer. Hecho una furia le dijo: "¡Desde hoy me pongo en huelga de hacerte el amor!". En la cantina el tipo les contó a sus camaradas lo que en su casa le había sucedido. Pasaron unos días, y cierta noche el líder llegó a su casa y encontró a su consorte en trance coitivo con el tesorero del sindicato. Le dice al tipo: "Me extraña su conducta antisindicalista, compañero. Usted sabe muy bien que estoy en huelga ¿y viene de esquirol?"... En el restorán dos amigos fueron al mismo tiempo a desahogar una necesidad menor. Uno de ellos vio en la parte alusiva de su amigo un parche de los que se usan para dejar de fumar. "Oye -le dice-, se supone que ese parche lo debes llevar en el brazo o en el hombro, pero no ahí". Responde el otro: "Ahí me ha dado muy buenos resultados. Ya le bajé a dos colillas por semana"... FIN.