Leontino, soltero ya maduro, conoció a una guapa mujer y la cortejó con asiduidad. La bella señora aceptó sus galanteos, y empezaron a salir. Pero una duda atormentaba a Leontino: la dama mostraba ciertos síntomas de falta de salud que a él lo preocupaban. Así, buscó el consejo de un amigo suyo diestro en el trato con mujeres. Le dijo: "Me gusta mucho esa señora, Libidiano, pero no sé si debo hacerle el amor. Presenta síntomas que lo mismo pueden ser de Sida que de tuberculosis. ¿Qué crees que debo hacer?". Contesta el tal Libidiano: "Llévala a tu departamento. Si tose, fóllatela"... Rosibel, linda secretaria, le confió a una de sus compañeras que cuando estaba en el cuarto del archivo un hombre entró de súbito, apagó la luz, y en la oscuridad le hizo el amor. Salió luego del cuarto, de modo que ella no pudo saber quién había sido. "Lo que sí sé -añade-, es que no fue un empleado. Fue un jefe". Le pregunta la amiga: "¿Por qué supones eso?". Explica Rosibel: "Porque yo tuve que hacer todo el trabajo"... No conozco los sistemas tributarios de otros países, pero menos aún conozco el sistema tributario mexicano. Y me pregunto si será posible que alguien lo conozca bien, así es de complicado, abstruso, cambiante y enredado. Sé, sin embargo, que las últimas disposiciones fiscales, especialmente las relacionadas con el llamado IETU, han sido objeto de impugnación, y muchos consideran que habrán de generar más perjuicios que ventajas. Sucede que no se ha llegado a establecer un sistema de tributación adecuado. Cada sexenio se inventa uno nuevo, y tanto los contribuyentes como quienes los asesoran se ven perpetuamente asediados por cambios y modificaciones, tanto que eso condujo a la creación de las famosas "misceláneas fiscales", por medio de las cuales se modificaba hoy, o se suprimía, lo que se había establecido ayer, que a su vez era cambio o supresión de lo de antier. Y así seguimos todavía. Las cosas no han cambiado nada; todo se sigue cambiando. Eso genera inseguridad fiscal. Si a ella se añaden las complicaciones que aun el causante más cumplido afronta para estar al corriente en sus obligaciones tributarias, ya se verá que en el aspecto fiscal estamos ligeramente jodidísimos. ¿No será posible privatizar también eso de los impuestos?... Aquel individuo fue con un médico y le dijo que afrontaba un serio problema sexual: la naturaleza lo había dotado pobremente, y eso le causaba dificultades con su esposa, que se quejaba mucho de su cortedad. Le pregunta el facultativo: "¿Bebe usted?". "Sí, doctor -responde el individuo-. Acostumbro tomarme cada día dos copitas de licor de rosolí". "Ahí está el problema -le indica el facultativo-. El licor de rosolí acorta las dimensiones de las partes correspondientes a la función sexual. Si bebiera usted tequila ya vería cómo las cosas mejorarían mucho, pues esa mexicanísima bebida suele agrandar las tales dimensiones, y aun magnificarlas". El sujeto prometió beber tequila, según las indicaciones del galeno, y éste le dio cita para un mes después. Transcurrido ese tiempo regresó el tipo. Le pregunta el especialista: "¿Siguió usted mi recomendación?". "Sí, doctor -responde el individuo-. Me estoy tomando dos copitas diarias de tequila; una antes de la comida y otra antes de la cena". Pregunta el médico: "Y ¿ha observado usted algún cambio?". "Notable, doctor -dice feliz el hombre-, sobre todo porque también estoy haciendo que mi señora se tome seis copas de licor de rosolí cada día"... (No le entendí)... FIN.