Mouriño sigue firme. Sí: firme y firme. López Obrador halló un panal de rica miel en documentos firmados por él, y ha aportado nuevas evidencias para demostrar que el bisoño secretario de Gobernación no creyó necesario separar su doble condición de funcionario público y representante empresarial, con lo cual se metió -y metió al Presidente- en un enredo que está enredando mucho a la Administración. La verdad es la verdad, dígala quien la diga, y mientras AMLO está ganando credibilidad el régimen de Calderón la está perdiendo. Ya no se ve en el mandatario la misma consistencia que mostraba. Si Mouriño fuera tan amigo del Presidente como se ha dicho que es, le entregaría la renuncia como prueba mejor de su amistad. De otro modo podría llegar a ser para Felipe lo que Marta Sahagún fue para Fox: una presencia riesgosa, y aun nociva... (Caón, esa última frase estuvo muy pesada. La aligeraré con el relato de algunos chascarrillos de diverso tono, desde el púrpura o carmesí más encendido hasta el rosáceo más inane)... Capronio, sujeto vil y majadero, puso su mano en el busto de su esposa y le dijo con sarcástico acento: "Si esto estuviera firme no necesitarías brasiér". Luego le puso la mano en el abdomen y le dijo, burlón: "Si esto estuviera firme no necesitarías faja". La señora, entonces, puso su mano en la entrepierna de Capronio y le dijo: "Y si esto estuviera firme no necesitaríamos chofer"... Un golfista jugaba acompañado por su perrito. Acertó el hombre un difícil putt de 15 metros. Al ver aquello el perrito se sentó sobre sus patas traseras y ladró alegremente al tiempo que agitaba la colita, jubiloso. Otro socio del club le dice al dueño del animalito: "¡Qué feliz se pone tu perro cuando haces un buen tiro! Pero, dime: ¿qué hace cuando fallas el putt?". Responde el golfista: "Echa maromas en el aire". "¿De veras? -exclama el que preguntaba-. ¿Cuántas maromas?". "Depende" -dice el golfista. "Depende ¿de qué?" -pregunta el otro. Contesta el tipo: "De lo fuerte de la patada que le doy"... Babalucas le cuenta a un amigo: "Le pedí al empleado de la gasolinera que me revisara el auto. Pensé que me iba a engañar; a decirme que el coche necesitaba esto y aquello, y a sacarme un ojo de la cara, pero no: resultó un hombre honrado, y lo único que me cobró fueron 500 pesos por un aditivo para el tanque de las luces direccionales"... Afrodisio Pitongo, galán concupiscente, narró lo que le había sucedido en su último viaje: "Una muchacha muy guapa estuvo toda la noche golpeando la puerta de mi habitación". Le pregunta alguien: "Y ¿qué hiciste?". Responde Afrodisio: "¿Qué querías que hiciera? Tuve que dejarla salir"... Le dice un tipo a otro: "¿Supiste que la Iglesia Católica añadió nuevos mandamientos a los ya existentes?". Replica el otro: "Que ponga todos que quiera, pero que quite el sexto y el noveno". (A saber: "Non moechaberis", "No cometerás adulterio"; y "Non concupisces domum proximi tui; nec desiderabis uxorem eius", "No desearás la mujer de tu prójimo". Éxodo, 20: 14 y 17)... Le pregunta un amigo a don Cornulio: "En el momento de hacer el amor ¿tu esposa te habla?". "Sí -responde don Cornulio-. El otro día me habló desde el Motel Camagua"... Un cardiólogo pasó a mejor vida. En el servicio fúnebre su ataúd fue puesto ante un gran corazón de rosas rojas cerrado por unas cortinas doradas. Acabado el servicio se abrieron las cortinas; el ataúd pasó a través del corazón y desapareció de la vista de los asistentes. A la salida un ginecólogo comentó sonriendo: "Estaba pensando en la figura floral que pondrán para que a través de ella pase mi ataúd". Un proctólogo escuchó el comentario y se preocupó bastante... FIN.
