Susiflor trabajaba de cajera en un banco, y se casó con uno de los clientes de la institución, señor de cierta edad. A las pocas semanas de casada invitó a merendar a sus antiguas compañeras de trabajo. Le preguntó una de ellas: "¿Cómo se porta don Pigmecio?”. Responde Susiflor: "Lo mismo que en el banco: capital muy pequeño; depósitos muy de vez en cuando y retiros muy rápidos”... Una viejita estaba tejiendo en su sillón cuando de pronto se le apareció una hada. "Puedo concederte tres deseos” -le dice. "¿Ah, sí? -exclama la ancianita, escéptica-. A ver: convierte en oro este sillón”. El hada madrina toca el mueble con su varita de virtud, y al punto el sillón se convirtió en un reluciente montón de oro. "Ahora -dice la viejita ya más convencida- conviérteme a mí en una linda muchacha de 20 años”. Nuevo toque con la varita, y la anciana se transformó en una hermosa y curvilínea joven. "Pide tu último deseo” -ordena la hada. La viejecita se apresura a pedir: "Convierte a mi gato en un joven y guapo galán”. El hada toca al minino con su varita, y el gato se transformó en un apuesto joven. Le dice el galán a la viejita, ahora muchacha: "¿No te arrepientes ahora, indeja, de haberme enviado con el veterinario para que me castrara?”... Estaban dos tipos en una esquina y pasó una muchacha muy guapa, pero ya algo madurita. "¿Quién es?” -pregunta uno de los tipos. "No sé cómo se llama -dice el otro-, pero le dicen ‘La Cuauhtémoc’". "¿Por qué?” -se extraña el primero. Explica el otro: "Porque se está quemando, pero no quiere entregar el tesoro”... Se ha comprobado que de cada 100 maridos que se levantan de la cama en medio de la noche, uno lo hace para ir al baño; otro para sacar algo del refrigerador, y los otros 98 se levantan de la cama para ir a sus casas... Es una pena que los usos y costumbres de algunos pueblos indígenas en el sureste del país incluyan la quema del bosque o de la selva como forma para desmontar un terreno y hacer ahí la siembra del maíz. Con esa práctica se provocan incendios que arrasan con cientos, a veces miles de hectáreas donde hay flora y fauna cuya importancia excede en mucho la del menguado producto que obtienen los campesinos con sus milpas. Es necesario difundir entre ellos la importancia de la conservación de los recursos naturales, cuyo adecuado aprovechamiento podría ser fuente de ingresos para sus comunidades. El llamado "turismo ecológico" está haciendo que los habitantes de muchos pequeños lugares hayan cambiado su actividad, de la agricultura a las tareas relacionadas con la actividad turística. Sucede, por desgracia, que hay quienes desean mantener a los indígenas en su condición de menores de edad o incapacitados, y les niegan el derecho que tienen a obtener ventajas de la modernidad. Es posible conciliar la preservación de las tradiciones y de la riqueza cultural de esos pueblos con todo aquello que el mundo puede ofrecer hoy. La existencia de eso que Rousseau llamó "el salvaje inocente" es algo imposible en la actualidad. Como personas, y como mexicanos, esos indígenas deben tener acceso a mejores condiciones de vida. Y eso no se consigue haciendo que permanezcan en la situación en la que han vivido siempre... La chica fue con su novio a dar un paseo en el cochecito compacto de éste. Condujo el novio el pequeño auto hasta un romántico paraje y luego, con sugestiva voz, le pregunta a la chica: "¿Vamos al asiento de atrás?”. "¡Oye! -exclama indignada la muchacha-. ¡Yo no soy de esa clase de mujeres!”. "¿Fáciles?” -pregunta asustado el muchacho. Ella precisa: "No. Contorsionistas”... Aquel marido quiso estar al lado de su esposa mientras ella daba a luz. El pobre se angustiaba al ver los agobios, trabajos, sudores, fatigas y dolores de su mujer. "-¡Pobrecita! -le decía casi llorando-. ¡Cómo estás sufriendo!”. "No te aflijas, mi vida -lo tranquiliza ella-. Después de todo tú no tienes la culpa de que yo esté aquí”... FIN.