Don Cornulio regresó de un viaje. Él y su mujer se disponían ya a dormir cuando oyeron que un coche se estacionaba frente a la puerta de la casa. Grita la señora, que estaba ya medio dormida: "¡Mi marido! ¡Rápido, escóndete!". "Pero, mujer, ¿qué dices? -se asombra don Cornulio-. Yo soy tu marido". "Ah, sí -responde la señora todavía adormilada-. Entonces sal y dile que hoy no puedo, porque estás aquí"... Tiene razón López Obrador cuando dice: "No es pa’ tanto" al oírse comparar con Hitler. En efecto, es desmesurado el spot difundido por la agrupación "Mejor Sociedad, Mejor Gobierno". Todo ha de estar en proporción con el objeto que se busca, y ese anuncio televisivo es desproporcionado. Hasta para combatir la sinrazón hay que actuar racionalmente. En cosas de política a la violencia no se ha de responder con la violencia, pues el violento puede luego presentarse como víctima, y allegarse la simpatía de la gente. Yo tengo un libro en el cual he aprendido muchas cosas. Es la tierra. Cuando en la generosa tierra del Potrero germina el trigo que sembramos, crece también la cizaña junto a las plantas niñas. Y crece con más fuerza, de modo que amenaza la promesa de lo recién nacido. Hay que arrancar entonces esa mala hierba. Y la arrancamos, pero no con rabia ni con brusquedad, y menos aun con odio, sino con cuidadoso tiento, pues si lo hiciéramos violentamente podríamos también sacar de raíz el trigo nuevo. El movimiento de López Obrador es hierba mala que amenaza a la buena. AMLO ha crecido gracias a la democracia, y él representa la antidemocracia. Sus planteamientos son casi siempre equivocados, y equivocado siempre el modo en que hace su defensa. A su pecado original, el de soberbia, que lo cegó y lo llevó a perder la elección presidencial, siguieron otros dos pecados: la envidia y la ira, que lo ciegan ahora y lo llevan a estorbar porque sí y porque no la vida institucional de este país. Pero la democracia ha de aplicarse aun a los antidemocráticos. Debemos escuchar lo que AMLO tenga que decir. Si queremos que oiga debemos oírlo a él, y rebatir con la razón sus sinrazones. Nada conseguirá la asociación llamada "Mejor Sociedad, Mejor Gobierno" si con estridencias de palabra responde a las estridencias de obra de Obrador. A una mejor sociedad no se llega con fundamentalismos, sean de izquierda, de derecha o de antiguo cuño priista, como es el fundamentalismo de AMLO. La vida comunitaria no mejora ni con el vocerío populista ni con la propaganda estrepitosa que sale del dinero. A una sociedad mejor se llega con el diálogo, con el debate razonado, con el respeto a las ideas del adversario y al adversario mismo; con la pluralidad de pensamientos. Dicho de otra manera, a una sociedad mejor se llega por la democracia. Todo lo que amenace el diálogo es amenaza también para el ejercicio democrático. La violencia de los hechos no debe tener como respuesta la violencia de las imágenes y las palabras. Desde ese punto de vista el spot de aquella agrupación, por excesivo, atenta contra la democracia en igual forma que atentan los excesos de López Obrador... Cumplida está por hoy mi tarea de orientar a la República. Seguidamente voy a contar un chascarrillo censurado lo mismo por la Pía Sociedad de Sociedades Pías que por el Sindicato de Sexoservidoras... En la casa de mala nota un sujeto vio a las mujeres y opinó en voz alta: "Están muy viejas". Acude la madama. "Señor mío -le dice con enojo-, ténganos más respeto, por favor. Recuerde que nuestra profesión es la más antigua del mundo". "Es cierto -reconoce el tipo-. Pero no pensé que iba a encontrar aquí a la generación fundadora"... FIN.
