El papá de Pepito le compró una bolsa de globos. Al verlos el pequeñito rompió a llorar. "-¡No voy a poder inflar esos globos!" -sollozaba el niño-. "-No llores -dice el papá-. Yo te los inflaré!". "-¡Tampoco tú podrás inflarlos!" -gime el niño-. "-¿Por qué no?" -pregunta el papá divertido-. "Porque mi mamá dice que tú ya no soplas" -responde el pequeñito-... La feble naturaleza humana nos lleva a cometer con otros las injusticias de que antes nosotros mismos fuimos víctimas. Los negros de Estados Unidos (afroamericanos ahora) recibieron la libertad de Lincoln, pero siguieron siendo objeto de discriminación hasta mediados del pasado siglo en que, guiados por hombres como Martin Luther King Jr., consiguieron el respeto a sus derechos civiles. La discriminación racial buscó en los Estados Unidos una nueva presa, y la encontró en los llamados "hispanos", especialmente en los mexicanos más pobres, a quienes se hace objeto -sobre todo en la zona fronteriza- de un inhumano trato cuya injusticia clama al cielo. En las grandes ciudades los afroamericanos ven con odio a los hispanos; los acusan de quitarles empleos. Algún profeta, sin embargo, podría anunciar que el creciente número de hispanos les dará fuerza para luchar por sus derechos. Para eso, aun adaptándose a los modos de vida americanos, no deberán perder sus valores culturales de origen, sobre todo en lo que se refiere a los vínculos de familia que los unen, pues eso les permitirá disfrutar lo mejor de su nueva circunstancia sin perder lo más bueno de la que antes conocieron. Influirán así en su país de adopción y podrán formar parte de su nueva historia en un mundo en el que cada vez las fronteras se vuelven más borrosas... ¿Cuál es la diferencia entre una mujer fea y aburrida y una hermosísima y encantadora? Cuatro copas... ¿Qué se puede decir de un hombre enfermo de herpes, sífilis y sida? Que es un romántico incurable... La señora dice a su amiga: "-Por fin me decidí, y le confesé a mi marido que lo he estado engañando". "-¡Bravo! -se entusiasma la amiga-. ¡Eso se llama tomar el toro por los cuernos!"... El tipo llega a su mesa del restaurant y dice a los amigos: "-Me pasó algo terrible ahorita que fui al pipisrúm. Me pesqué con el zipper. ¡Qué situación tan penosa! Intenté zafarlo con una mano, luego con la otra, después con las dos al mismo tiempo. Inútil. Todo inútil. Yo pensaba que tendría que cortar, cuando finalmente se desatoró el zipper de mi chamarra y pude soltar la corbata". ¡... Pregunta el maestro en la escuela: "-A ver, niños, ¿quién sabe cómo se le llama a la hembra del topo?". Pepito levanta la mano: "-Yo sé Profe., a la hembra del topo se le llama "mujer". "-¿Cómo se le llama mujer?". "¿Por qué dices eso?". "-Porque el padrecito dijo ayer en el sermón que el hombre es fuego y la mujer estopa"... Dice la madura señorita soltera a sus amigas. "-¡Caray, no cabe duda de que los años te van haciendo más sabia, más madura, y cambiándote tu perspectiva, el modo de ver el mundo y la vida! Cuando yo era una adolescente no pensaba en otra cosa que muchachos, muchachos muchachos. Ahora, después de haber vivido más años, no pienso en otra cosa que hombres, hombres, hombres”... Un siquiatra visitaba el manicomio. Vio a un interno que no tenía trazas de loco, y le preguntó: -¿Por qué está usted aquí? -Déjeme contarle, doctor -responde el individuo-. Mire: yo me casé con una viuda, madre de una hija de 20 años. Mi papá, viudo también, fue a visitarnos y se enamoró de mi hijastra. Se casaron. Por tanto mi hijastra pasó a ser mi madrastra. Poco tiempo después mi esposa tuvo un hijo, que vino a ser cuñado de mi padre, pues era medio hermano de la esposa de él. Como mi hijo es medio hermano de mi madrastra, se convirtió en mi tío. Por lo mismo mi esposa es mi abuela política, como madre que es de mi madrastra. Por lo tanto yo soy nieto de mi esposa. Y no termina ahí la cuestión: puesto que estoy casado con mi abuela no sólo soy su esposo y su nieto: soy también mi abuelo. Ahora ya sabe usted, doctor, por qué me encuentro aquí... FIN.