Babalucas se topó en la calle con un amigo. Le preguntó: "¿A dónde vas?". Responde el otro: "Al hospital, a hacerme mi chequeo anual". Y comenta Babalucas: "A mí no me gusta que me revisen ahí"... Un individuo vio un anuncio en el periódico. Decía: "La Agencia de Modelos Pusstits, en la Calle Primera, solicita hombres para afeitar la línea de bikini en supermodelos femeninos de diversas partes del mundo. El sueldo es de 120 mil pesos mensuales, más gastos, viáticos, bonos, dos meses de vacaciones pagadas, ocho semanas de aguinaldo y prestaciones superiores a las de ley. No se necesita experiencia". De inmediato el tipo tomó el teléfono y llamó a la agencia. Le dijeron: "¿Podría presentarse en la calle 182 para una entrevista?". "¿La calle 182? -se extraña el tipo-. Entiendo que la agencia está en la Calle Primera". "Así es -confirma el otro-. Pero debe ir a la calle 182 para ponerse en la fila de solicitantes"... Un hombre con aspecto de tenorio bebía su copa en la cantina, preocupado. Le pregunta el barman: "¿Qué le sucede, amigo?". Contesta el individuo: "Recibí una carta en que un marido me dice que si sigo saliendo con su esposa me va a matar". Sugiere el cantinero: "¿Y por qué no deja de salir con la mujer?". "No puedo -responde con acento sombrío el seductor-. El marido no firmó la carta, y no sé con cuál de todas debo dejar de salir"... El sultán le propuso matrimonio a una muchacha. "No soy rico -le dijo-. Pero donde comen cincuenta pueden comer cincuenta y una"... Aquel cazador se perdió en un bosque. Diez días anduvo vagando sin rumbo por el monte. Desesperaba ya de salvarse cuando una mañana escuchó sonidos acompasados. Se dirigió hacia ellos, y vio a un leñador que estaba cortando un árbol. "¡Qué alegría verte, amigo! -exclama el cazador emocionado-. ¡Casi dos semanas llevaba ya perdido en la espesura, hasta que te encontré! ¡Estoy salvado!". Le pregunta calmosamente el leñador: "¿Hay alguna recompensa para el que lo encuentre?". Contesta el cazador, desconcertado: "No lo creo". "Entonces, señor -le dice el hombre-, me temo que sigue usted perdido"... El arqueólogo revisa la piedra grabada que había encontrado al pie del monte Sinaí y exclama lleno de coraje: "¡Chin!". Un compañero le pregunta: "¿Por qué esa exclamación de rabia y de disgusto?". Responde el arqueólogo: "Acabo de traducir esta tabla que encontramos, y mira lo que dice: ‘Hago del conocimiento de todo el género humano que después de varios días de negociaciones con Moisés he decidido eliminar del Decálogo el sexto y el noveno mandamientos"... Dos buscadores de oro exploraban el Yukon. Uno de ellos fue al pueblo a comprar las provisiones para el mes. Regresó con 60 botellas de whisky, dos barras de pan y medio kilo de jamón. "¿Qué has hecho, idiota? -le grita su compañero hecho una furia-. ¿Para qué compraste tanto jamón y tanto pan?"... En reunión de amigos el médico obstetra comentó que en un solo día había traído al mundo 42 bebés. Pregunta uno: "¿Se explica eso por el aumento en la tasa de natalidad?". "No -responde el médico-. Se explica por el día de campo que organizó una empresa"... Cierto sujeto llegó a una casa de mala nota y preguntó a la dueña del establecimiento la tarifa, cuota, honorarios o arancel de las damas que ahí prestaban sus servicios. "Cobran 500 pesos" -responde la mujer. Dice el tipo: "Nada más traigo 50". "Por 50 pesos -le dice la madama-, puede usted hacerlo de pingüinito". "¿De pingüinito? -se asombra el visitante-. ¿Cómo es eso?". "Muy sencillo -responde la dueña del establecimiento-. Se va usted con una muchacha al cuarto. Ella se desviste. Usted se baja los pantalones. Y luego, con los pantalones así bajados, tiene derecho a perseguirla durante media hora por la habitación"... FIN.