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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Usurino Matatías es un hombre avaro, roñoso, cutre y ruin. Siempre fue excesivamente apegado al dinero. El dinero es importante, ciertamente; nada más quienes no lo tienen hablan mal de él. Es tan importante el dinero que si se lo quitas a alguna gente que lo tiene, no queda nada. Claro, el dinero no es todo; también hay tarjetas de crédito. Pero esta anécdota perteneciente a la juventud de Usurino muestra los extremos a que puede llevar el apego al dinero. Usurino invitó a salir a una muchacha y la llevó -caminando, por cierto- a un romántico paraje. Como el galán estaba muy callado, le dijo la muchacha, coquetona: "Un centavo por tus pensamientos, Usu". Respondió él: "Estaba pensando en tomarte de la mano". Ella, sonriendo, le dio la mano para que se la tomara. Usurino volvió a guardar silencio. "Otro centavo por tus pensamientos" -volvió a decir ella con tono sugestivo. "Estaba pensando -contestó el agarrado-, en darte un beso". Ella le ofreció los tentadores labios, carnoso fruto con sabor de miel, edénica manzana creada por los dioses para el placer y tormento del hombre. (NOTA: Desde donde dice "los tentadores labios" hasta "el placer y tormento del hombre" no es mío. Lo saqué de un libro de don José María Vargas Vila). Besó Usurino a la muchacha, pues, y otra vez quedó callado. Ella volvió a decir: "Otro centavo por tus pensamientos, Usu". Respondió él: "Ahora estoy pensando algo de mayor importancia". La muchacha se le acercó, insinuante y dadivosa. La luna se había ocultado tras las nubes, y el césped se veía muelle, acogedor. La ocasión era propicia para consumar lo que aquel beso había iniciado. "Dime qué estás pensando, Usu -murmuró ella al oído de su pareja-. Yo haré realidad lo que esté en tu pensamiento". "Estoy pensando -contestó Usurino- que todavía no me has dado los dos centavos que dijiste"... El Presidente Calderón sostiene en su cargo al joven Mouriño, que no le sirve, y quita del suyo a Creel, que bien hubiera podido servirle. Desde luego esto no se debió a un prurito de moralina por algo que pertenece sólo a la vida privada del defenestrado. El PAN ya no es aquel partido que exigía a sus miembros absoluta moralidad pública y privada. Lo sucedido se debe a que Santiago Creel está muy lejos de ser gente de Calderón, y el Presidente está empeñado en hacer un "pangobierno", un régimen donde Gobierno y partido se confunden y donde todo está sujeto al control presidencial, igual que sucedía en aquel antiguo "prigobierno" que los panistas tanto criticaban. A eso obedece principalmente la caída de Creel, aunque haya influido también la malquerencia que la televisión le tiene después de haberlo amado tanto. En este asunto la opinión pública -de la cual me honro en formar parte, aunque modesta- se ha puesto del lado de Creel, y le reprocha a Calderón esta acción inoportuna y que además tiene todas las trazas de ser personalista... Una señora fue con el médico de la familia y le dijo que le preocupaba la salud de su marido. Al pobre le habían aparecido en cierta parte unos agujeritos de los cuales a veces le salía polvo. Ni él ni ella podían explicarse ese fenómeno tan raro, pues el señor era hombre de costumbres austeras y morigeradas, y por eso incapaz de andar con pirujas, hetairas, pindongas, meretrices, daifas o perendecas de ésas cuyo trato deja a veces tales señas en las partes pudendas del varón. El facultativo preguntó la edad del pacientito, y la señora le informó los años que tenía su marido. Eran ya muchos, ciertamente. Con base en ese dato el galeno rindió entonces su diagnóstico: "Dígale a su esposo que meta la dicha parte en alcanfor. Ha de ser polilla"... FIN.

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