Una muchacha recién casada les contaba a sus amigas: "Mi marido llegó anoche con el ánimo caído, pero me puse un baby doll y una tanguita roja, y se lo levanté"... En el consultorio médico la guapa y curvilínea morenaza procede a vestirse, y le dice al facultativo: "Lo encuentro muy bien, doctor. ¿Cuándo quiere mi próxima visita?"... La recién casada les comentó a sus amigas: "¡Qué razón tenía mi mamá cuando me dijo que a los hombres se les conquista por el estómago! El mío empezó a abultarse, y mi novio tuvo que casarse conmigo"... La señora conocía bien a su hija. Cuando ella le informó que un individuo le había ofrecido un reloj a cambio de que fuera con él a un motelito, la mamá dijo: "A ver; enséñame el reloj"... Un ministro religioso decía con orgullo: "Nuestra iglesia ha tenido mucho éxito. Se basa, como todas, en los 10 mandamientos. Pero nosotros les pedimos a nuestros afiliados que cumplan solamente dos, a escoger"... Un niñito lloraba con desconsuelo en el supermercado. "¡No encuentro a mi papi!" -le dice al encargado de seguridad. Pregunta el guardia: "¿Cómo es tu papá?". Responde entre sus lágrimas el niño: "Le gusta la cerveza, el tequila y las mujeres de bubis grandes"... En una playa mexicana dos chicas europeas se habían despojado de la parte superior de sus bikinis, y lucían al aire su espléndido tetamen. Todos los hombres que pasaban se detenían a mirarlas. Le dice una de las chica a la otra: "Bájale el volumen al estéreo, Bubulina. Estamos llamando mucho la atención"... El adolescente llegó a su casa conduciendo un Ferrari último modelo, convertible. "¡Santo Cielo! -exclama su mamá, asustada-. ¿De quién es ese coche?". "Es mío -responde el muchachillo-. Lo acabo de comprar". "¿Cómo que lo acabas de comprar? -pregunta la señora con espanto-. ¿Quién te lo vendió?". Contesta el hijo: "Me lo vendió la señora ésa, muy rica, que vive en la otra cuadra. Pasé por su casa en mi bicicleta; ella me habló y me preguntó si quería comprar un Ferrari en 15 pesos. Yo traía el dinero, se lo di, y ella me entregó las llaves del coche, y la factura". Llena de inquietud la señora llama a su marido y le cuenta lo que estaba sucediendo. "¡Qué barbaridad! -se preocupa el señor-. Esto es algo muy raro, y puede ser peligroso. Aquí hay gato encerrado. Debemos ir a hablar con la mujer". Fueron los dos, en efecto, y encontraron a la vecina muy tranquila, regando su jardín. El señor le pregunta: "¿Es cierto que le vendió usted un coche a mi hijo?". "Es cierto -responde con toda calma la mujer-. Se lo vendí en 15 pesos". "¿Por qué hizo usted eso?" -pregunta la mamá llena de inquietud. "Se lo diré -contesta la vecina-. Mi esposo se fue de la casa. Parece que conoció a una mujer, y va a vivir con ella. Me envió un mensaje diciéndome todo eso, y me pidió que vendiera su Ferrari y le mandara el dinero. Fue lo que hice"... Una mujer de edad madura llegó a consultar a un ginecólogo. "Doctor -le dice- lo que le voy a contar me apena mucho. Sucede que mi marido es jugador compulsivo. Todo el dinero que cae en sus manos lo juega al poker, y siempre pierde. Hace unos días mi papá me dio 5 mil pesos, y tuve miedo de que mi esposo encontrara ese dinero, y lo jugara. Entonces me lo escondí en cierta parte, y ahora no lo puedo encontrar. Por eso vine a verlo". "No se apene, señora -la tranquiliza el médico-. Los ginecólogos vemos toda clase de cosas. Vamos a sacar ese dinero de ahí". Y así diciendo hace que la señora se disponga para el procedimiento. El doctor se dispuso también para el efecto, pero antes de empezar le dice a la mujer: "Necesito saber bien qué es lo que estoy buscando, señora. Dígame usted: los 5 mil pesos que su papá le dio ¿se los dio en billetes o en moneda fraccionaria?"... FIN.