Este cuentecillo tiene lugar en la Edad de Piedra. Una mujer troglodita llega con sus amigas luciendo una espléndida piel de tigre. Les dice contenta y orgullosa: “¡Felicítenme, muchachas! ¡Acabo de inventar la profesión más antigua del mundo!”... En el Reino Encantado el primer ministro salió de su acuerdo con el Príncipe Galante. Llevaba sobre un cojín un brassiére de grandes copas, tamaño extra grande súper plus. Les explica a los otros ministros: “El príncipe quiere que vayamos por todo el reino, casa por casa, probando este brassiére a todas las doncellas, a ver a cuál le queda. Dice que es una nueva versión de La Cenicienta”... Afrodisio Pitongo, galán concupiscente, invitó a Dulcilí, muchacha ingenua, a ir con él a su departamento. "¿Para qué?” -pregunta ella. Ya en el departamento le dice Afrodisio: “Vamos a la recámara”. "¿Para qué?” -pregunta Dulcilí. En la alcoba él le pide que se desvista. “¿Para qué?” -vuelve a preguntar la cándida muchacha. En seguida Afrodisio le pide que se acueste. “¿Para qué?” -pregunta de nuevo ella. Luego Afrodisio apaga la luz. Y se oye de pronto la voz de Dulcilí que dice: "¡Ah, ya sé para qué!”... El oficial forma a los soldados y les dice: “Los que sepan algo de música den un paso al frente”. Dos soldados lo dan. “Muy bien -indica el oficial-. Vayan a la casa del general. Su esposa quiere que le suban un piano al tercer piso”... Ahora estamos en Roma, antes de nuestra era. Marco Porcio le pregunta a Cayo Ticio: “¿Qué tal está la hija de Bruto?”. “¡Bruta! -exclama Cayo con admiración-. ¡Mide XC-LX-XC!”... Algunos comparan a Barack Obama con John F. Kennedy, y auguran una especie de nuevo Camelot, ahora con un rey afroamericano. El apoyo que el todavía poderoso clan Kennedy ha dado al virtual candidato demócrata parece fortalecer esa visión. Yo me pregunto si los Estados Unidos están preparados para dar un paso así. Veo las cosas con escepticismo, y finco mi incredulidad en un argumento muy pragmático. El país del norte atraviesa ahora por una recesión. En casos así los vecinos siempre se las arreglan para organizar un conflicto armado, el mejor medio que han encontrado siempre para reavivar su economía. En un periodo de guerra es natural que los estadounidenses busquen tener un presidente con experiencia militar. Desde ese punto de vista, a la luz de esa argumentación, McCain tendría una ventaja considerable sobre Obama. Pero no me hagan mucho caso. Ni siquiera tengo luces para opinar sobre la política en El Moquetito, Tamaulipas, menos aún las tengo para hacer profecías sobre el país más poderoso del planeta... El policía Babalucas le informa a su jefe: “El sospechoso logró salir del edificio”. “¡Cómo es posible! -se indigna el superior-. ¡Les ordené que vigilaran todas las salidas!”. Babalucas se justifica: “Ha de haber escapado por una entrada”... Llega un individuo a confesarse. “Padre -le dice al confesor-, soy un hombre extremadamente compasivo con los animalitos. Mi ideal es imitar a San Francisco. Siento tanta piedad y tanto amor por las criaturas de Nuestro Señor que me pongo unos cascabeles en los pies para avisar a las hormiguitas que voy a pasar, de modo que puedan apartarse y no las vaya yo a pisar en mi camino”. “Te felicito por tus buenos sentimientos, hijo -le dice el sacerdote-. Pero entiendo que has venido a confesar tus culpas. Di los pecados que has cometido”. “Padre -responde apenado el individuo-. Embaracé a siete muchachas de mi pueblo”. “¡Cabrísimo grandón! -se indigna el señor cura-. ¡En otra parte debías ponerte los cascabeles!”... FIN
