El papá de Pepito, desolado, le cuenta a un amigo: “Le hablé a mi hijo de las abejitas y de los pajaritos. Y él me habló de la criada conmigo, de su hermana con el novio, y de mi mujer con un vecino”... Un gangosito entró en la farmacia y le pidió al dependiente: “Me da un congdón, pog favog”. El empleado le da un preservativo. Lo mira el gangosito y pregunta muy desconcertado: “¿Con esto me abgocho el zapato?”... El guardia forestal dio las últimas instrucciones a los excursionistas que se disponían a internarse en la foresta canadiense. Les dice: “En estos bosques hay dos especies de osos. Habita aquí el oso negro, y merodea igualmente el oso grizzly, más grande y más feroz. Lleven ustedes campanitas y silbatos, y úntense el cuerpo con aceite de alcanfor, para avisar de su presencia a los osos por el oído y el olfato, y que no los ataquen al encontrarse con ustedes inesperadamente. Conviene también saber qué clase de osos hay en la zona donde van ustedes a acampar. Eso lo sabrán examinando los desechos corporales de los plantígrados. Los desechos de los osos negros contienen restos de ardillas y pequeñas aves, y huelen a salmón. Los desechos de los grizzlies contienen campanitas y silbatos, y huelen a aceite de alcanfor”... El vecino de Babalucas le dice: “¿Ya viste a esas dos muchachas tan guapas que ocuparon el departamento de al lado? Son lesbianas”. “¡Qué lesbianas ni qué lesbianas! -replica Babalucas-. Son gabachas. Pero ni trates de hacer algo con ninguna de ellas, porque son novias entre sí”... De la noche a la mañana, como el jocoque, el PRI amaneció convertido en una organización política socialdemócrata. Algunos priistas no están de acuerdo con esa nueva denominación. Piensan que su partido no necesita importar terminologías extranjeras, y consideran que el PRI debe seguirse rigiendo por los postulados de su declaración de principios, que son los de la Revolución mexicana. El problema es que ya nadie se acuerda de la Revolución mexicana, ni sabe cuáles son sus postulados, o si los tuvo alguna vez. Eso de la democracia social es un esfuerzo por darle nuevo rostro al PRI, y un cierto cariz de izquierda -tan de moda en América Latina- con vistas a las próximas elecciones. Yo creo que ese cambio no está mal, con tal de que no sea pura forma y puro bla bla bla... Un señor de edad madura, octogenario ya, se presentó ante el médico y le dijo que empezaba a sentir ciertos ligeros síntomas de agotamiento. Le contó, preocupado: “Todas los días, sin faltar ninguno, satisfago a tres mujeres en la mañana, a cuatro en la tarde, y a cinco en la noche. Y fíjese, doctor: cuando en la madrugada me satisfago a mí mismo, me siento algo mareado”... Dos señoras americanas de Los Ángeles hablaban de sus respectivos siquiatras. “El mío me desespera -comenta una-. Se pasa toda la sesión tomando notas de lo que le digo, y lo único que hace es asentir con la cabeza”. “El mío es peor -replica la otra-. Después de cinco años de ir con él tres veces por semana, y de hablar yo sola todas las sesiones, ayer logré por fin sacarle tres palabras”. “¿De veras? -se asombra la primera-. Y ¿cuáles fueron esas tres palabras?”. Contesta la otra: “Me dijo: ‘No hablo inglés’”... La señora y su marido fueron al Pozo de los Deseos en la feria. Ella arrojó una moneda, y luego él se dispuso a echar la suya. Pero se acercó tanto al pozo que cayó en él. Y dice la mujer, extática: “¡No lo puedo creer! ¡Funciona!”... ¿Cómo supo Pinocho que estaba hecho de madera? Cuando llegó a la adolescencia, una noche se le encendieron al mismo tiempo la mano y la entrepierna. (No le entendí)... FIN.
