Esta era una muchacha a la que le gustaba mucho la fiesta brava. Se había especializado en el conocimiento de los toros de lidia, y a tanto llegaba su saber que podía decir a cuál ganadería pertenecía un burel con sólo tocarle sus atributos de toro, y sin necesidad de ver la marca o fierro. Cierto día un caporal le mostró el encierro que se lidiaría el siguiente domingo, con reses provenientes de ganaderías diversas, y la retó a que adivinara la procedencia de los animales. Ella empezó a tocarlos, al tiempo que iba diciendo con absoluta certidumbre: "Este toro es de Zotoluca... Éste es de Piedras Negras... Éste viene de Atenco... Éste es un Tepeyahualco... Éste es de San Mateo... Éste de Corlomé". "¡No le falló a ninguno! -exclama con asombro el caporal-. ¡Cuando regrese a mi pueblo y cuente esto, nadie me lo va a creer!". "¿De dónde es usted? -pregunta la muchacha. Contesta el caporal adelantándose: "¡A ver, adivine!"... Don Blandino, señor de edad madura y sin arrestos ya, estaba casado con la señora Avidia, exuberante mujer en buenas carnes y todavía con ímpetus rijosos de salacidad. Estaban los dos viendo en la tele un partido de futbol. En la pantalla apareció un aficionado que desde las tribunas gritaba: "¡Duro! ¡Duro!". "¡Ay, viejo! -suspira doña Avidia-. ¡Así quisiera verte yo!"... No cabe duda: ahora es en el PAN donde la caballada está flaca. A menos que venga el arcángel San Miguel a sacarlos del apuro será difícil que los panistas encuentren a un buen candidato para representarlos en la próxima elección presidencial. El joven Mouriño quedó inhabilitado ya, y se antoja imposible que pueda volver a resurgir. Por otra parte el partido blanquiazul no ha estado a la altura de lo que se esperaba de él: la administración de Fox fue decepcionante, y la de Calderón hasta ahora no ha brillado. Es muy probable que los electores se inclinen por la alternancia, y que el PAN, que ya bailó dos veces, deba sentarse en la siguiente. Creo que la gran oportunidad la tiene el PRI, a menos que las cosas cambien en lo que resta del sexenio. Ya se sabe que en política todo es posible, hasta lo imposible... La conferencista le pregunta a una señora del público: "Dígame usted: su marido ¿la ama verdaderamente?". "Creo que sí -responde la mujer. "Y ¿le demuestra su amor con actos?". "Pues... sí". "¿Qué tipo de actos?" -quiere saber la conferenciante. "Le diré -replica la señora-. De los efectos de esos actos dos están en la primaria; uno en la secundaria, dos en el bachillerato y el otro en la universidad"... En el hospital el médico le dice a la enfermera: “Está bien que le tenga usted miedo al contagio, señorita Naitingalia, pero eso de dispararles a los pacientes el supositorio desde lejos, y con cerbatana…”... Un muchacho y una muchacha se estaban casando. Los dos eran sordomudos, y el padre Arsilio, testigo de los desposorios, se valía de señas para interrogarlos. "Tú -dice señalando a la chica- ¿tomas por esposo a este hombre?". Y señala al novio. Ella, moviendo la cabeza, dio su asentimiento. "Y tú -se dirige el padrecito al joven- ¿tomas por esposa a esta mujer?". Con expresivas señas el sordomudo expresó su aceptación. Se vuelve el padre Arsilio para pedir los anillos de boda, pero nadie los traía. A fin de preguntarles a los novios dónde estaban los anillos el sacerdote formó un círculo con los dedos índice y pulgar de la mano izquierda, y luego hizo pasar el índice de la derecha a través del figurado anillo, al tiempo que con un gesto de interrogación se dirigía al novio. Y hace el mudito: "¡Uhhh!", con el tono y el ademán del que indica que algo sucedió desde hace mucho tiempo... (No le entendí)... FIN.