La maestra les aplicó a los niños una prueba de complementación. Decía la prueba: “El gato atrapó al ratón y se lo co—-”. Había que poner las letras faltantes. Pepito llena los espacios y luego dice para sí con gran disgusto: “¡Gato degenerado!”... Relata el conferencista: “Aníbal cruzó los Alpes con elefantes”. Levanta la mano Babalucas para preguntar: “¿Y qué salió?”... En el programa de concursos el locutor le dice a la muchacha. “Hemos llegado a la sección de falso y verdadero. Responda usted: ¿el nombre del primer hombre fue Adán?”. “Caramba -responde con pena la muchacha-. Estaba yo tan emocionada que la mera verdad ni le pregunté”... Hablamos mucho de nuestra Independencia, y la hacemos motivo de celebraciones, pero un país no puede alardear de independiente si no se basta a sí mismo para atender las necesidades de sus habitantes. En México, triste es decirlo, vivimos en la dependencia. Hemos ido dejando nuestras riquezas en manos de quienes vienen de otras partes. Eso, desde luego, es cosa de la globalización, pero haríamos bien en meditar si acaso, por ejemplo, producimos lo necesario para alimentarnos, o si también para eso dependemos de los extranjeros. Rico es nuestro país, y está lleno de hermosuras y bellezas; pero aún eso está quedando en manos de quienes saben aprovechar tales recursos, tan desaprovechados por nosotros. Así las cosas es ilusorio celebrar la Independencia, y el festejo es más bien una triste recordación de lo perdido... El señor sintió que algo raro estaba sucediendo en la sala y bajó del piso alto. Encontró a su esposa tumbada sobre un sofá y con las ropas en desorden. “¿Qué te pasó?” -le pregunta con alarma. Responde desfallecida la señora: “Sonó el timbre de la puerta; la abrí y vi a un sujeto con una pistola. Era un maniático sexual. Me dijo: ‘Entrégueme aquellito o le doy un tiro’”. “¡Santo Dios” -se espanta el esposo-. Y tú ¿qué hiciste?”. Responde la señora: “¿Acaso oíste un tiro?”... Decía un señor: “En las vacaciones de hace tres años mi mujer salió embarazada. En las vacaciones de hace dos años volvió a quedar en estado interesante. Y en las vacaciones del año pasado volvió también a quedar embarazada. Definitivamente este año le voy a pedir que ahora las vacaciones las pase conmigo”... Le pide un muchacho a su amigo: “Préstame unos guantes”. Pregunta el otro, sorprendido: “Con este calor ¿para qué quieres guantes?”. “-Para ir al cine” -responde el primero. “¿Al cine con guantes?” -se asombra más el otro. “-Sí -explica el muchacho-. El papá de mi novia es experto en huellas digitales”... El abogado defensor le dice al juez: “Su señoría: mi cliente ha sido acusado de robarse un modem, pero puede presentar la factura original”. “¿Un modem? -enarca las cejas el veterano juez-. ¿Qué es un modem?”. Le explica el abogado: “Es un dispositivo electrónico que permite a las computadoras establecer comunicación a grandes distancias y alta velocidad”. “Muy bien -admite el juez-. ¿Qué más?”. Prosigue el defensor: “También ha sido acusado mi cliente de haberse robado un CD-ROM, pero igualmente puede presentar la factura original”. “¿Qué es un CD-ROM? -inquiere el viejo juzgador. Explica el abogado: “Es un dispositivo que permite que millones de datos puedan ser obtenidos de un pequeño disco compacto”. “Muy bien -concede el juez-. ¿Qué más?”. Continúa el abogado. “Mi cliente también ha sido acusado de robar una muñeca inflable super sex, sea eso lo que sea”. Dice entonces el veterano juez: “Es una de ésas que tienen busto de silicón y cabello de verdad”... FIN.
