Taliano, actor de teatro, casó con Bamba Lina, actriz teatral también. Al día siguiente de la noche de bodas Bamba se desperezó en la cama y le preguntó con una sonrisa a su flamante maridito: “¿Qué te pareció nuestra noche de estreno?”. “Pues te diré -contesta él sin sonreír-. Para ser noche de estreno la entrada estuvo muy floja”... (No le entendí)... Dos amigos se encontraron después de cierto tiempo de no verse. Le dice uno al otro: “Te tengo una noticia: Facilda Lasestas ya no es mi novia”. “¡Qué bueno! -se alegra el otro-. Siempre quise decírtelo, pero te veía tan enamorado de ella que nunca me animé. Facilda no te convenía. Era liviana, ligera, casquivana, disipada, licenciosa, disoluta, depravada, libertina, desenfrenada e inmoral. En la fábrica donde trabajaba le decían ‘La pies planos’, porque pisaba con toda la planta. ¡Qué bueno que ya no es tu novia!”. “Ya no lo es -replica el otro, mohíno-. Ahora es mi esposa”... Un adjetivo cuadra al regalo de ostentosos vehículos que Elba Ester Gordillo hizo a sus paniaguados. Ese adjetivo es “grotesco”. La palabra quiere decir extravagante, de mal gusto, ridículo, grosero, irregular. Ningún maquillaje post mórtem que al obsequio se le aplique es suficiente para disminuir lo gusanoso del regalo, y la hedentina que despide. Por desgracia el escándalo de las Hummer es humo que impide ver algo más lamentable aún: el evidente naufragio del acuerdo para elevar la calidad de la educación en México. En efecto, mientras en algunos estados la abierta rebelión de los “maestros” ha impedido la aplicación de las medidas tendientes a ese fin -especialmente el examen de oposición para atribuir las plazas magisteriales-, en otras entidades donde aparentemente reinan conformidad y paz se ha negociado por abajo del agua, y a veces no tan abajo, para transar la aplicación de esas medidas. Por ejemplo, se entrega al sindicato en forma automática el 50 por ciento de las plazas, y se somete a examen sólo la mitad restante. Todo indica que deberemos resignarnos a seguir teniendo una educación de segunda clase, con maestros de tercera, y como resultado un país de cuarta... Columnista: la reflexión con que acabó tu perorata nos ha dejado afligidos y apesadumbrados. Menester es ahora que pongas sobre tus palabras un leve bálsamo de humor que alivie esa laceria... Llegó doña Macalota a su casa y encontró a su marido en la cama con una estupenda morenaza. “¡Bribón! -prorrumpió con justificada cólera-. ¡Desvergonzado, majadero, infame, vil!”. “Repórtate, mujer -le dice con toda calma el cínico sujeto-. Yo no me quejo cuando tú lees en la cama hasta muy tarde”... Decía un individuo: “Jamás me he acostado con una mujer fea. Pero he despertado con bastantes”... Viene ahora el cuento más feminista que ha aparecido aquí en todo lo que va del año... Una señora dio a luz. Ansiosamente le pregunta al médico: “¿Está bien mi bebé, doctor?”. El galeno vacila al contestar: “Er... Sí, señora, está muy bien... Pero... este... hay algo que...”. “¡Dígame qué, doctor! -demanda con inquietud la parturienta-. ¡Dígamelo, por favor!”. “Se lo diré -responde el facultativo-. Lo que pasa, señora, es que su bebé es hermafrodita”. “¿Hermafrodita? -se angustia la madre-. ¿Qué significa eso?”. “Significa que su bebé tiene características de los dos sexos: el masculino y el femenino”. “¡Santo Cielo! -exclama la señora-. ¿Quiere decir que tiene pene y cerebro?”... FIN.
