La policía acudió a un internado para señoritas donde unos maleantes se habían introducido. La directora les iba mostrando a los agentes las tropelías cometidas por los vándalos. “Aquí entraron al dormitorio de la señorita Rosilita, y le robaron un reloj y unos anillos”. “¡Y nos querían comer!” -dice una alumna que acompañaba a la directora. “Luego, -continúa ésta-, entraron a la habitación de la señorita Pampanita y le robaron un collar y dinero”. “¡Y nos querían comer!” -vuelve a decir la muchacha. “Después -sigue la directora -se metieron a la oficina y sacaron las computadoras. “¡Y nos querían comer!” -dice otra vez la alumna. “Dígame -le pregunta muy intrigado un agente-. ¿Cómo está eso de que se las querían comer?”. “Sí, replica la muchacha-. Clarito oí que dijeron: ‘Vamos a robarles todo, y luego nos las echamos al plato”... “Me parece muy raro -le dice la curvilínea secretaria a su jefe-, que llamándome yo Rosibel usted siempre me diga ‘Federico’, ¿por qué?”. “Es por si hablo dormido en mi casa” -dice el jefe. (¡Tonto roque! ¡Se va a oír peor! ¡Imagínate a tu esposa oyendo esto: “Cómo me gustas, Federico”... “Siéntate en mis rodillas, Federico”... “¿Por qué no te pusiste hoy ese pantaloncito ajustado, Federico?” “¿Entonces qué, Federico? ¿a Cuernavaca otra vez,?”. Y así. Eres un insensato)... Aquella chica llegó tarde ese día al banco donde trabajaba. Vio a todos tendidos en el suelo, y ella se acostó también. Una compañera le dice en voz queda: “Ponte boca abajo, Pirulina. Esto es un asalto, no la posada del banco”... Un tipo iba en el autobús llevando dos bebés en los brazos. “¿Qué bebés tan bonitos! -exclama una señora-. ¿Cómo se llaman?”. “No sé, señora” -responde con voz cortante el tipo. “¿Cómo es posible? -se asombra la señora-. No puede ser que traiga usted a estos niños y no sepa cómo se llaman”. “No son míos, señora -explica el tipo-. Soy agente vendedor de píldoras anticonceptivas, y estas criaturas son dos reclamaciones”... Una señora la pregunta a otra “¿De qué murió tu esposo?”. Responde ella: “Perdió la vida en un ring”. “-¿Era boxeador?” -pregunta la primera-. Y dice la otra: “No. Se electrocutó al sonar un timbre”... En una clase de literatura para damas les pregunta el profesor a las alumnas: “Si tuvieran que pasar un año en una isla desierta, ¿qué les gustaría llevar para leer?”. “La Biblia” -dice una. “El Quijote” -responde otra. “Las obras completas de Shakespeare” -responde una tercera-. “Pues a mí -dice una guapa rubia- me gustaría llevar un marinero con algunas palabras tatuadas en su pecho”... El maestro quiso darles a los niños una lección para evitar los vicios. Tomó una lombriz y la puso en un frasco lleno de alcohol. Tomó otra lombriz y la puso en un frasco lleno de colillas de cigarros. A los pocos minutos las dos lombricitas estaban ya sin vida. “¿Qué les enseña esto?” -pregunta el profesor. Responde Pepito sin dudar: “Que si fumas y bebes nunca tendrás lombrices”... En el campo nudista la linda muchacha le dice a su amiga: “¡Odio a los hombres que te visten con la mirada!”... Al terminar el sepelio de su marido, la joven y atractiva viuda lloraba desconsoladamente. “Ya no llores, hijita -la consuela su papá-. El tiempo todo lo cura. Eres joven y bonita; ya verás que encontrarás otro hombre que te quiera, y podrás empezar con él una nueva vida”. “Sí, papá -responde la muchacha sin dejar de llorar-. Pero a la noche ¿qué?”... Una pareja de casados no habían podido tener hijos. Un día ella fue con un médico. Llamó por teléfono a su esposo desde el consultorio del facultativo y le dijo llena de felicidad: “¡Viejo, dice el doctor que a lo mejor dentro de nueve meses vas a ser papá!”. “¡Fantástico! -exclama el señor lleno de júbilo-. ¡Pásame al médico!”. “Espera un poco -responde ella-. Nada más deja que acabe de vestirse”...FIN.
