Un citadino fue a una región agreste en la montaña. Quería estar a la moda, y hacer ecoturismo. Alquiló una mula para internarse en la foresta, pero el animal era de la peor ralea: a cada paso detenía la marcha y se negaba a andar. Una mujer vio desde su cabaña los apuros del viajero, y lo llamó. “Cuando una mula no quiere caminar -le dijo- los hombres de aquí le untan chile en la cola”. Pidió el viajero: “¿Tiene usted un poco de esa urticante sustancia, para ponerle a esta maldita bestia?”. La montañesa fue a su cocina y regresó con un plato del quemante condimento. El hombre untó una buena porción en el tafanario de la acémila, y devolvió el plato de chile a la mujer. Sintió la mula el escozor quemante y salió disparada por el monte pegando coces y respingos. “¡Caracoles! ¡Recórcholis! ¡Zambomba! -exclamó el ecoturista, que por parte de madre era moderno y por parte de padre era anticuado-. Y ahora ¿qué hago para alcanzar a la desgraciada mula?”. Sin decir palabra la mujer le ofrece otra vez el plato de chile... En Londres una farmacia fue robada por un ladrón nocturno. El maleante se llevó todo lo que había en el establecimiento, con excepción de algunos artículos que dejó, sin tocarlos, en sus anaqueles. Scotland Yard no encontró ninguna pista (la farmacia estaba lejos del aeropuerto, si me es permitida esa deplorable observación), y el inspector Highrump llamó al padre Brown, conocido por la perspicacia de sus observaciones, de las cuales salía siempre algún dato concreto para buscar al delincuente. Llegó el pequeño y regordete sacerdote y echó un vistazo a la escena del robo. Dijo luego: “Observe usted, inspector, que el ladrón se llevó todo, menos los condones, las píldoras anticonceptivas y los frascos de champú”. “En efecto -contesta Highrump-. Y ¿qué deduce usted de eso?”. “Fácil -responde el padre Brown-. El ladrón es un católico calvo”... En grave yerro incurren quienes ya dan por muerto a López Obrador en lo que atañe a la próxima elección presidencial. Vivo y requetevivo está, a despecho de todos y de todo. Su médico principal es Calderón, que le ha insuflado vida al hacer suyos una y otra vez los planteamientos de AMLO, tanto que en ocasiones parece que gobierna menos el vencedor que el derrotado. Las circunstancias de la economía, que harán más graves aún las condiciones de vida de la clase popular y media, favorecen también un eventual regreso de López Obrador al escenario electoral. A las administraciones de Fox y Calderón, entonces, se les podría decir aquello muy propio de estos días: “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”... El chofer del autobús escolar del pueblo de Tilcuatitlán iba manejando. Inmediatamente atrás de él Pepito cantaba una y otra vez con monótono tesón: “Si mi papá fuera un elefante, y mi mamá una elefanta, yo sería un elefantito... Si mi papá fuera un elefante, y mi mamá una elefanta, yo sería un elefantito...”. La incesante cantaleta del chiquillo hartó al chofer, que le dice de pronto con irritación: “Oye, niño: y si tu papá fuera un ca... y tu mamá una p..., tú ¿qué serías?”. Responde sin vacilar Pepito: “Sería el chofer del autobús escolar del pueblo de Tilcuatitlán”... Doña Panoplia, dama de sociedad, viajó a Australia. Hizo un tour por la zona de los matorrales, y observó cosas que la escandalizaron. Al regresar a la ciudad fue de inmediato a un cuartel de policía y dijo al oficial responsable: “Vi en los matorrales a un hombre haciendo cosas con un canguro. Luego vi a otro haciendo lo mismo, y a otro más. Finalmente vi a un individuo con una pata de palo haciendo cosas consigo mismo. ¿Cómo explica usted eso?”. “Señora -responde el oficial-. Sea usted comprensiva, por favor. Con una pata de palo ¿cómo puede ese pobre conseguirse un canguro?"... FIN.
