¡Mañana! ¡Sí, mañana aparecerá aquí “El chiste más pelado del año!”. Nunca en el curso del 2008 salió en esta columneja un cuento de tan subido color, capaz de hacer retroceder más de una década la moral social. Daré a las prensas el relato, pues, y empezaré el nuevo año con propósitos de enmienda, pues más vale un arrepentimiento tardío que una tenaz pertinacia en el error. Lean mis cuatro lectores esa vitanda historia, y confirmen el lamentable estado de las costumbres en el mundo actual... Un señor les contó a sus amigos: “Cometí un error tremendo: mi esposa me dijo que no le fuera a regalar nada caro en su cumpleaños, y no se lo regalé”... Babalucas quería divorciarse de su esposa. “¿Por qué?” -pregunta el juez. “Trata a un compadre mío como basura” -contesta el demandante. “Ésa no es causa de divorcio” -opone el juzgador. “En el caso de mi esposa sí lo es -replica Babalucas-. Trata a mi compadre como si fuera basura: lo esconde abajo de la cama”... La suegra de Capronio le dijo: “Querido yerno: para el Día de Reyes quiero un regalo útil; alguna cosa eléctrica”. “¿Una silla?” -sugiere el descastado... Los adivinos, profetas, arúspices, augures, videntes y vaticinadores han hecho ya sus predicciones para el 2009. Los más de ellos anuncian días oscuros. Yo no poseo el don de penetrar los insondables misterios del futuro, y por eso no puedo confirmar esos agüeros, ni negarlos. Lo único que puedo decir es que no debemos dejarnos abatir por los presagios ominosos. Propongámonos sí, enfrentar esta época difícil con más trabajo y más dedicación. No hay crisis que sea eterna, ni recesión que llegue para no irse ya. Después de la tempestad vendrá la calma. Esa antigua verdad siempre se confirma. Lo digo porque conozco mucha gente que ha perdido su trabajo, y anda ahora con ánimo caído y esperanza incierta. En trances como éste decían nuestros padres y nuestros abuelos: “Dios aprieta, pero no ahorca”. Y vaya que ellos conocieron tiempos más difíciles, de guerra, de hambre, de ruina y destrucción. Busquemos en nosotros mismos fortaleza, y hagamos del nuevo año una ocasión de redoblar esfuerzos. Pasarán estas horas de dificultad, y otra vez gozaremos días bonancibles. Ánimo, mientras tanto, y decisión para seguir adelante sin rendirnos. La vida nunca se detiene. Tampoco nosotros nos debemos detener... ¡Qué bueno que tú te detuviste, columnista! ¡Ya nos parecía que no iba a acabar tu perorata! Son buenas unas palabras de motivación, pero no un discurso como aquellos de Dale Carnegie o Norman Vincent Peale. Mejor cuenta algunos otros chascarrillos... En el bar un tipo le dijo a una muchacha: “Eres una maga”. Ella se mostró halagada. Y continuó el sujeto: “Vamos a mi departamento. Ahí podrás poner en práctica tu magia: hacemos el amor y luego te desapareces”... Astatrasio Garrajarra llegó a la cantina de siempre, y le pidió al cantinero: “Dame una copa de Menos”. El hombre, desconcertado, respondió: “No conozco esa bebida. ¿Qué es?”. “Yo tampoco la conozco -responde el temulento-. Pero el doctor me dijo que debo tomar menos”... El señor llegó con anticipación de un viaje, y su hijita lo recibió con una extraña pregunta: “¿Verdad, papi, que aunque Santa Clos no haya tenido juguetes para darles a todos los niños del mundo no debe sentir vergüenza, ni esconderse?”. “Claro que no, hijita -le contesta el señor-. Si a Santa Clos no le alcanzaron los juguetes no es su culpa”. “¿Lo ves, mami? -exclama la niña alegremente dirigiéndose a su nerviosa madre-. ¡Ve a decirle a Santa Clos que ya puede salir del clóset de tu recámara!”... FIN.
