Al menos doce soldados iraquíes murieron ayer en un ataque contra un puesto de control situado en la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad, perpetrado por un grupo de hombres armados que decapitaron a los uniformados tras darles muerte.
Según fuentes de la seguridad conjunta de esta provincia, los sucesos ocurrieron ayer al mediodía en la localidad de Dima, a 80 kilómetros al este de Baquba, capital de Diyala.
Un nutrido número de hombres armados asaltó con armas ligeras el puesto de control del Ejército, situado en esta provincia, una de las más conflictivas de Irak.
Las fuentes explicaron que, tras matar a todos los soldados que se encontraban en el puesto, los asaltantes decapitaron a las víctimas y se dieron a la fuga antes de que las fuerzas de seguridad llegaran al lugar de los hechos.
Diyala es la provincia más complicada de Irak por la constante lucha que mantienen por su control shiies y sunies -y dentro de estos últimos, Al Qaeda y sus rivales-, una vez que el resto de las provincias se hayan convertido en zonas “étnicamente exclusivas”.
PEDÍA HUSSEIN FLORES A CARCELEROS
Por otro lado, el difunto dictador iraquí, Saddam Hussein, solía pedir a los guardias que le custodiaban que le trajeran flores, durante los tres años que estuvo retenido por las fuerzas estadounidenses antes de ser ejecutado en diciembre de 2006.
Este y otros secretos fueron desvelados ayer por el diario internacional en lengua árabe “Al Hayat”, que publica por primera vez fragmentos de los diarios que el dictador iraquí escribió durante su reclusión.
Saddam Hussein pedía a sus carceleros que recolectaran para él flores de un jardín situado en la prisión Cropper, cerca del aeropuerto de Bagdad, en donde estuvo recluido desde diciembre de 2003, cuando fue capturado por EU, hasta el 30 de diciembre de 2006, fecha en la que murió ahorcado tras ser condenado a muerte por un tribunal iraquí.
Saddam explicó que ésta era una de las pocas peticiones que había hecho a lo largo de su vida.
“Nunca pedí nada a lo que no tuviera derecho”, aseguró el dictador en uno de los cinco tomos de sus memorias.