El Ejército Mexicano ha decomisado este año al crimen organizado un promedio diario de 14 aeronaves, embarcaciones y vehículos terrestres que eran utilizados en las operaciones del narcotráfico en todo el país.
De acuerdo con el informe más reciente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), entre enero y septiembre de este año, se han asegurado cuatro mil 79 unidades que eran empleadas por la delincuencia organizada.
A lo largo de nueve meses el personal militar logró quitar a los narcotraficantes 233 aeronaves, que se presume, eran utilizadas para el trasiego aéreo de drogas.
En este lote se encontraban las cinco avionetas tipo Cessna aseguradas en enero de este año, y que el martes pasado fueron robadas por un comando en el aeródromo de la Sindicatura Villa Juárez, en Navolato, Sinaloa; aunque las aeronaves fueron localizadas el viernes por el Ejército, en el hangar del rancho ganadero “Las Caraguas”, en Culiacán.
El documento de la Sedena sobre los resultados de las operaciones contra el narcotráfico, detalla que a lo largo de esta Administración se han incautado 283 aeronaves, es decir que, en 2007 la cifra llegó a 50 aparatos asegurados, lo que revela que este año el Ejército ha intensificado su detección.
Como parte de este desmantelamiento de la infraestructura con la que cuenta el crimen organizado, los militares han destruido durante este año un total de 455 pistas de aterrizaje clandestinas, ubicadas en diversos puntos del país.
El reporte de la Sedena, señala también que a lo largo de nueve meses se han incautado 52 embarcaciones, que también eran empleadas para el tráfico de drogas vía marítima.
Mientras que el mayor número de aseguramientos es de vehículos terrestres (sobre todo automóviles y camionetas), ya que la cifra asciende a tres mil 744 unidades.
Como parte de estas tareas de intercepción que realiza el Ejército mexicano en el combate al narcotráfico, también se reporta que entre enero y septiembre de este año, los militares les han quitado nueve mil 642 armas –de diversos calibres-, lo que equivale a un promedio de 35 armas cada día que representan la capacidad de fuego de los cárteles de la droga que operan en el país.
