Durante el mes de junio el termómetro rebasó en varias ocasiones los 40 grados centígrados, de esta forma como nunca La Laguna se convirtió en un verdadero horno. Las altas temperaturas nos obligan a reflexionar sobre el cambio climático que se experimenta en todo el mundo, pero sobre todo nos obliga a tomar conciencia sobre el qué estamos haciendo en lo individual para crear entornos ecológicos más favorables. Resulta lamentable que en este escenario las autoridades locales muestren poca, sino es que nula, sensibilidad a los temas referentes al medio ambiente.
Como muestra un botón: el pasado viernes El Siglo de Torreón informó que de mil 500 árboles que se plantaron en la colonia Arboledas el 15 de agosto de 2007, menos de 50 permanecen de pie. Los árboles murieron por la falta de agua y de los cuidados necesarios para desarrollarse. Los árboles fueron plantados por la Comisión Federal de Electricidad con el apoyo de la Dirección de Ecología de Torreón.
En menos de un año estos árboles murieron, lo que evidencia el nulo interés que tanto las autoridades como los ciudadanos damos al tema de la ecología. El 15 de agosto de 2007, tanto Luis Enrique Hernández García, en ese entonces gerente de la División del Norte de la CFE, y Susana Estens de la Garza, directora de Ecología Municipal, se comprometieron a cuidar y a regar los árboles hasta que éstos alcanzaran su desarrollo, y después la Asociación de Colonos asumiría la responsabilidad de garantizar su supervivencia. Hoy los árboles están muertos, al parecer nadie cumplió con la tarea que le correspondía.
La noticia se vuelve más grave debido al déficit de áreas verdes que tiene Torreón, ya que de acuerdo de al Consejo Ciudadano de Forestación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre 9 y 12 metros cuadrados de área verde por habitante en cada ciudad, y Torreón sólo cuenta con medio metro cuadrado de área verde por habitante, es decir, apenas dos por ciento de la superficie está dedicado a espacios forestados de recreación.
Durante varios años las autoridades han privilegiado el pavimento contra las áreas verdes, lo que evidencia la falta de planeación buscando el desarrollo sustentable. El bosque Venustiano Carranza es insuficiente, la ciudad necesita más áreas verdes.
Los árboles capturan bióxido de carbono y liberan oxígeno, además regulan la temperatura y la humedad, favorecen la recarga de mantos freáticos, sin embargo a pesar de estos beneficios no somos capaces de cuidar las pocas áreas verdes que tenemos. Es urgente que las autoridades y sociedad civil tomen conciencia de la importancia de tener áreas verdes, sobre todo en una región como la nuestra donde los mantos acuíferos sufren de sobreexplotación y las altas temperaturas son una realidad cotidiana.
