La banda terrorista ETA reapareció ayer con la explosión de dos coches bomba en el País Vasco (Norte de España), en respuesta a las nuevas medidas judiciales adoptadas la semana pasada contra su entorno político y social. (AP)
Atacan oficinas de un grupo bancario, una comisaría y un patronato militar en el Norte de España.
La organización terrorista ETA reapareció con la explosión de tres coches-bomba, con saldo de un muerto y once personas heridas en el Norte de España.
En el tercer atentado de la organización terrorista en las últimas horas, una persona murió y otra resultó herida al estallar un coche-bomba ayer por la madrugada en el Patronato Militar de Santoña, en el Norte de España, según ha informado la Delegación del Gobierno en Cantabria.
Las dos personas, al parecer, son miembros del Patronato, una academia de formación de miembros del Ejército, aunque aún se desconoce su identidad. Una llamada previa a la Policía Municipal de la localidad cántabra sobre las 00:50 hora local (22:50 GMT) en nombre de la organización terrorista ETA advirtió de la colocación del coche bomba, lo que permitió desalojar la zona antes de la explosión.
El sábado por la noche, un coche-bomba cargado con cien kilos de explosivos causó daños materiales en la sede central de la Caja Vital, una entidad de ahorro, en el barrio vitoriano de Salburua, también en el Norte de España.
Pocas horas después, la banda terrorista hizo estallar otro coche-bomba con cien kilos de explosivos contra la comisaría de la Policía autónoma de la localidad vizcaína de Ondarroa, igualmente en el Norte de España.
Este atentado causó diez heridos, la mayoría leves, aunque la banda terrorista buscaba “una masacre”, según afirmó el consejero del Interior del Gobierno vasco, Javier Balza.
La explosión se produjo sin previo aviso y provocó heridas a seis policías autónomos y cuatro civiles. Una de estas personas, una niña de 15 años, tuvo que ser operada de fractura de huesos en el cráneo.
Según explicó Balza, los terroristas arrojaron varios cócteles molotov como reclamo para hacer salir a los ertzainas del edificio y que la deflagración les alcanzara de lleno.
Los atentados fueron cometidos al final de una semana en la que el entorno político y social de ETA, grupo terrorista que ha asesinado a más de 850 personas desde 1968 en su búsqueda de un Estado vasco independiente, sufrió dos importantes golpes.
El martes, el Tribunal Supremo ilegalizó el partido Acción Nacionalista Vasca (ANV) por considerar que cedió sus candidaturas en los ayuntamientos del País Vasco a Batasuna, coalición ilegalizada en 2003 por ser considerada el brazo político de ETA.
Un día después, la Audiencia Nacional española condenó a penas de entre 8 y 10 años de cárcel a 21 dirigentes de Gestoras Pro Amnistía, un grupo de apoyo de los presos de ETA y sus familias, por considerar que también forman parte del entramado terrorista.
Los atentados de ayer fueron condenados por todas las fuerzas políticas españolas, que hicieron un llamamiento a favor de la unidad de los partidos democráticos en contra del terrorismo.
