Silvia fue trasladada 20 kilómetros desde el punto donde fue secuestrada hasta el pueblo de San Miguel Xicalco, en el Ajusco, donde de acuerdo con las investigaciones de la PGR, fue ultimada. (Agencia Reforma)
Rinden testimonio los pobladores de San Miguel Xicalco; vigilan agentes zona.
La última vez que se vio movimiento en la casa de Tlalpan donde, según la PGR, privaron de la vida a Silvia Vargas Escalera, fue en octubre pasado, cuando dos camionetas sacaron muebles de ese lugar.
Albañiles que trabajan a unos metros del número 51 de la calle Bellavista y vecinos de la calle Altavista, coincidieron en que sólo se vieron a dos varones que utilizaban la casa para fiestas.
“Trajeron dos camionetas, venía una señora y dos señores que se llevaron varias cosas. Ese día hicieron bastante ruido por eso nos acordamos. El pueblo es muy tranquilo, y usaron varias cosas para golpear y sacar muebles”, recordó uno de los albañiles.
“Todos en el pueblo nos conocemos, pero esta gente proviene de Guerrero, de Oaxaca o de Morelos. No sabemos a qué se dedica porque no trabaja en la zona, ni tampoco es frecuente verla”, comentó una vecina.
De este domicilio, ubicado en el pueblo de San Miguel Xicalco, rumbo al Ajusco, médicos forenses del Distrito Federal y peritos de la PGR retiraron en una camilla un bulto cubierto por un costal blanco la noche del viernes.
El personal forense también sacó cuatro bolsas amarillas con la leyenda: ‘material peligroso’.
“Se tienen datos que refieren la ubicación de un domicilio donde, según testimonios, Silvia Vargas Escalera, fue privada de la vida”, reveló la PGR ese día.
El 8 de octubre de 2008 el empresario Nelson Vargas, padre de Silvia, informó a la PGR y a la PFP que su ex chofer Óscar Ortiz era hermano de Raúl Ortiz, de la banda de secuestradores “Los Rojos”, que operaba en Guerrero.
Para el empresario, Óscar es una pista que las autoridades deben profundizar, pues el guerrerense sabía todos los movimientos de su hija. Recordó que Óscar llegó a su familia a mediados de 2005, recomendado por gente cercana a su ex esposa.
Las ausencias de Óscar hicieron que el ex director de Conade le perdiera la confianza y optara por despedirlo.
‘Hay un muerto ahí’
El número 51 de Bellavista es una casa de dos niveles con cable electrificado de seguridad, interfón, zaguán de acero, dos puertas de acceso y amplias ventanas con vista a la avenida México, que conecta con la carretera federal México-Cuernavaca.
La casa, de color naranja, cuenta con dos recámaras. “En la izquierda (pintada de blanco) se supone estaban los secuestradores en vigilancia permanente; en la otra, donde está el sol y la luna, estaría la muchacha, es el más escondido”, reveló un agente federal.
Frente al inmueble hay espacio para dos autos. Atrás, en el patio de concreto, los forenses cavaron un hoyo donde hallaron lo que se presume son restos humanos.
Una vecina aseguró que la mañana del viernes prestó dos palas a los agentes federales.
“Al mediodía les hice de comer y le pregunté a uno qué estaba pasando. Me dijo: ‘creo que hay un muerto ahí’”, reveló la vecina, quien les preparó huevos, tortas y café a los oficiales.
Según vecinos, desde hace año y medio habitaban en la casa un hombre y una mujer que se presentaron como Rosa y Roberto.
La calle, que cuenta con 23 casas, se ubica a las orillas del poblado que se compone de 13 mil habitantes.
Desde el jueves, la casa fue asegurada por policías federales, quienes recorren la zona en motocicleta. Uno de ellos reveló que varios vecinos ya rindieron su testimonio sobre los movimientos registrados en el inmueble.
Revelan restos tortura
El cuerpo encontrado la noche del viernes en la casa cateada por la PGR, vinculada al secuestro de Silvia Vargas, pertenece a una mujer de entre 18 y 24 años de edad y presenta huellas de haber sido torturada, informaron fuentes del Servicio Médico Forense.
“El cuerpo fue encontrado desnudo, en posición fetal, con manos y piernas atadas con una venda, la cual le sujetaba el cuello, de tal forma que todo movimiento en las extremidades implicaba que el nudo en el cuello se estrechara más”, revelaron las fuentes.
Precisaron que el Semefo recibió el cuerpo alrededor de la medianoche del viernes y concluyó la necropsia a las 5:00 horas del sábado.
Agregaron que, hasta el momento, no se ha precisado la identidad de la víctima, pues estaba irreconocible ya que habría fallecido hace aproximadamente ocho meses. Como parte de la averiguación previa, la Procuraduría General de la República ya realiza estudios de genética para confirmar si se trata de la hija de Nelson Vargas.