Kenia registró varios episodios de violencia en las últimas horas, que dejaron más de 40 muertos, pese al acuerdo alcanzado por los líderes políticos para poner fin a la crisis generada tras las elecciones presidenciales.
Fuentes policiales reportaron ayer enfrentamientos en el oeste de Kenia, en particular en la localidad de Eldoret, donde la lucha entre las tribus Kikuyu, del presidente keniano Mwai Kibaki, y Luo, del líder opositor Raila Odinga, dejó al menos 37 muertos.
En un tramo de la carretera que une a las localidades de Rift Valley y Kericho, también estallaron combates, pero entre las tribus Kasii y Kalenjin, al parecer por presuntos asesinatos políticos, en hechos que causaron el deceso de unas cinco personas.
Estaciones de Policía también fueron blanco de ataques en tres aldeas del oeste keniano, mientras que en la localidad de Too un policía fue abatido entre una multitud de alrededor de 3 mil hombres armados, según reportes de prensa conocidos aquí.
La violencia étnica que vive ese país africano, que se ha cobrado más de 900 vidas, estalló luego de que los resultados oficiales de los comicios celebrados en diciembre pasado, dieron la victoria a Kibaki para un nuevo mandato.
Los esfuerzos diplomáticos internacionales para una solución a la crisis en ese país son encabezados por el ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, quien la víspera anunció que los líderes políticos acordaron un plan de paz de cuatro puntos.
Primero debe tomarse acción inmediata para frenar la violencia y restaurar los derechos y libertades fundamentales, explicó Annan, quien funge como mediador en las negociaciones de paz.
Sin embargo, la prensa keniana advirtió ayer de graves consecuencias si el proceso de paz no da al país una rápida solución que ponga fin a la violencia.
“Fracasa mediación de Annan”, indicó en una comentario editorial el periódico local Standard; sin embargo para otros diarios el ex titular de la ONU ha logrado aparentes progresos con el gobierno y la oposición, pero la población espera resultados más concretos.