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Dejará huella visita papal

Actitudes

José Santiago Healy

Su Santidad Benedicto XVI inició este martes una esperada gira de cinco días por las ciudades de Washington y Nueva York, en la Unión Americana.

En medio de las grandes diferencias políticas y sociales que vive Estados Unidos, el Sumo Pontífice viene a América a difundir un mensaje de paz, tolerancia y amor.

La gira tiene un objetivo evidentemente más político que pastoral por la sencilla razón de que Benedicto XVI visita a la primera potencia del mundo y a sus dos poblaciones más cosmopolitas.

Además de reunirse con el presidente George W. Bush, el líder de la Iglesia Católica hablará ante la Organización de las Naciones Unidas en donde lanzará un fuerte llamado por la paz mundial, oficiará tres misas multitudinarias, se reunirá con los obispos norteamericanos y visitará la Zona Cero en donde murieron tres mil personas en el atentado a las Torres Gemelas.

Para la comunidad mexicana destaca el diálogo privado que tuvo el Papa con el presidente Bush en la Casa Blanca en donde se abordó el tema de la inmigración además de la guerra de Irak, el conflicto Israel-Palestina y el clima de libertad religiosa en los Estados Unidos.

En el comunicado conjunto se informa que ambos jefes de Estado destacaron la necesidad de coordinar una política sobre inmigración que incluya un trato humanitario así como el bienestar de las familias de los migrantes.

Se espera, sin embargo, que el Sumo Pontífice llame fuerte la atención en sus siguientes mensajes sobre los abusos, intolerancia y el clima de odio que privan en los Estados Unidos en contra de los inmigrantes, especialmente los de origen latino.

Bush propuso una reforma migratoria que fue rechazada en los aspectos positivos, pero recibió “luz verde” en los negativos como la construcción del muro fronterizo y el incremento en personal, equipos y sistemas para perseguir a los indocumentados.

La posición del presidente Bush ha sido a todas luces inconsistente y contraria a la amistad y solidaridad que dice tener hacia las naciones latinoamericanas.

Obviamente de esta visita papal no surgirá la reforma migratoria ni tampoco un cese al fuego en Irak, pero habrá pronunciamientos que sacudirán a los poderosos y que a la postre provocarán cambios importantes para una mejor convivencia internacional.

Benedicto XVI no posee el arrastre popular de Juan Pablo II, pero en cambio posee una sabiduría filosófica y teológica capaz de mover cualquier conciencia.

Su visita a Estados Unidos, ya lo verá usted, dejará una profunda huella porque en sus mensajes políticos y religiosos tocará con especial cuidado temas tan importantes como los derechos humanos, la paz del mundo, el aborto, la drogadicción, las injusticias sociales, las desigualdades económicas y la intolerancia, entre muchos más.

Algunos han aprovechado esta gira para atacar a la Iglesia Católica y restarle su evidente fortaleza. Otros grupos quisieran que el Papa realice cambios al interior del catolicismo norteamericano como si la religión fuera una empresa mercantil regional y Joseph Ratzinger el propietario y presidente de la organización.

Las polémicas y algunas campañas fomentadas por los enemigos del catolicismo sirven a final de cuentas para reforzar los valores de una religión que todavía es minoría en Estados Unidos, pero que paulatinamente ha recuperado su presencia y vigor.

Será entonces una gira crucial y por demás trascendente ante el momento social y político que viven los norteamericanos. Y esperamos que sea además muy fructífera para los Estados Unidos, la grey católica y el mundo entero.

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