Ya identificaron al occiso de La Flor; al parecer, tenía un narcomensaje.
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El asesinato podría estar relacionado con el narcotráfico
Durango.- El Siglo de Durango informó ayer sobre la ejecución de una persona en la carretera a La Flor, misma que quedó sin vida en el interior de su camioneta Cherokee donde había restos de marihuana y tras pasar 24 horas la Procuraduría General de Justicia identificó al occiso, quien tenía su domicilio en el fraccionamiento Real del Mezquital; tras practicarse la necropsia, que por ley se realiza en toda muerte violenta, se determinó que la muerte se suscitó tras recibir un impacto de bala en la cabeza.
“Tiro de gracia”. La Procuraduría informó que el occiso respondía al nombre de Jesús Fausto Díaz Samaniego, de 44 años de edad y que tenía su domicilio en calle Gaviotas Número 341, en el fraccionamiento Real del Mezquital.
Según la información que proporcionó el vocero de la Procuraduría, Rubén López Gallegos, los vecinos llamaron a la Policía porque vieron abandonado un vehículo Jeep, tipo Grand Cherokee, al parecer con una persona sin vida en el interior por lo que tanto agentes estatales como federales se trasladaron a la carretera a La Flor, entronque con el poblado Las Espinas, y efectivamente, ahí estaba el cadáver.
Los agentes revisaron la camioneta y encontraron restos de marihuana de ahí que se presume que el crimen podría estar relacionado con el narcotráfico.
El médico legista informó que el occiso presentaba una herida producida por proyectil disparado por arma de fuego en el cráneo y que al parecer había muerto sólo unas horas antes del hallazgo, que fue la mañana del sábado.
Identifican a mujer muerta en un cerro
Con relación al cuerpo en avanzado estado de descomposición encontrado el pasado viernes en el cerro de La Campana, ejido J. Guadalupe Rodríguez, que pertenecía a una joven mujer de la que no se ha sabido la causa de la muerte, ayer se presentó a las oficinas de la Procuraduría la señora María Dolores Romero Rodríguez, de 40 años, para identificar los restos óseos.
Tras ver el cadáver y la vestimenta, de inmediato señaló que se trataba de su hija María Teresa Sánchez Romero, de 22 años, quien vivía con ella en la calle Rosas, número 113, de la colonia 9 de Julio, y que había salido de su casa desde el 11 de octubre para llevar una solicitud de trabajo a una zapatería, habiendo puesto la denuncia por desaparición al día siguiente.
