El periodo de enamoramiento dura alrededor de dos años, así que en esta etapa aún tienen mucha ilusión.
Pasa la boda, se dio el gran paso y ahora toca iniciar una vida juntos. Las hojas del calendario pasan y con ellas los deleites y sinsabores de una vida en pareja.
En el primer año todo es intenso, hay pleitos y reconciliaciones apasionadas, pero también se establecen las pautas que regirán el resto del matrimonio.
“Pasar ese primer periodo de ajustes, de marcar límites, de hablar y entenderse o callar y vivir con rencor, es crucial en cualquier relación”, explica Gaby Gay, sicóloga especializada en terapia de parejas, quien dio más respuestas para aquellos que están en esta situación o están a punto de transitar por ella.
¿Qué pasa en es ese primer año?
sta es la etapa de las sorpresas, ahora, ambos se dan cuenta de aspectos del otro de los que no se habían percatado cuando vivían separados.
Es un periodo de adaptación, y esto incluye muchas decepciones, debido a que había muchas fantasías sobre lo que sería el matrimonio que no se cumplen. Por mucho que tengan una relación bien avenida, siempre habrá cosas en las que tengan que ceder.
El primer año es muy difícil y de hecho, es una etapa en la cual hay muchos divorcios y separaciones. Más si se presentan contratiempos desde el inicio, como cuando la pareja se casa porque la mujer está embarazada.
Aquí es cuando se establecen los límites entre ellos y con las familias de origen. Hay veces que al término de este periodo hay discusiones sobre cómo intervienen (o no intervienen) los familiares y amigos, y las consideraciones o desconsideraciones que se hayan tenido hacia ellos.
Sin embargo, el periodo de enamoramiento dura alrededor de dos años, así que en esta etapa aún tienen mucha ilusión. Entonces es caótico porque hay un choque entre la fantasía y la desilusión.
El deseo sexual y la atracción están muy vivos. Cada pleito, desacuerdo, lucha de poder, lleva en muchas ocasiones a reconciliaciones prontas que suelen avivar la relación.
¿Cómo cambia el comportamiento en pareja?
Cada una es distinta pero, por lo general, ambos van sacando sus detalles buenos y malos, sobre todo los segundos.
En el noviazgo se esconden muchos defectos, pero eso no se puede hacer toda la vida y menos cuando se vive con alguien.
Por un lado, en el primer año también se dan mucho los detalles para reconquistar a la pareja (serenatas, un ramo de flores, una linda cena).
Sin embargo, hay personas que desde que firman el papel de matrimonio, cambian drásticamente. Piensan que tienen segura a su esposa o esposo y se empiezan a comportar de forma grosera, celosa, no es algo que se haga a propósito, de manera consciente, sino por miedos en la relación.
El miedo a la convivencia cercana no es fácil de manejar debido a que se pasa de una vida independiente a una en la que se debe compartir casi todo (el baño, la cama, la cocina, la economía, los hijos).
Lo que puede afectar mucho a una pareja es no saber poner distancia. A lo mejor, uno de los miembros tiene ganas de dormir solo porque extraña su espacio, mas no porque esté enojado con el otro.
A veces, uno quiere salir con sus amigos y el otro prefiere quedarse en casa, o el que sale lo quiere hacer sin la pareja.
En nuestra cultura no hay la costumbre de dormir separados, pero hacerlo de vez en cuando puede avivar el deseo sexual (el cual se va perdiendo incluso desde el primer año). No lograr acuerdos y no expresar lo que en realidad se quiere causa mucho dolor.
¿Es una etapa crucial?
Sí, las heridas que las parejas se causan durante el primer año de convivencia pueden hacer sombra para el resto del matrimonio.
No quiere decir que con el tiempo no se puedan perdonar, pero dependiendo de la gravedad de los conflictos, es posible que éstos salgan a colación en pleitos futuros.
Es un periodo importante en el cual se sugiere que las parejas recurran a la ayuda de un profesional ante el más mínimo problema, también porque dirige hacia el autoconocimiento. Si hay un problema fuerte se debe tratar.
¿Es un año profundo?
La intensidad hace que en este corto lapso se aborden puntos muy profundos de amor, de gozo, pero también de dolor. Esto hace que el vínculo se haga más sólido.
Con el tiempo se van formando lazos que hacen que una separación sea más complicada.
¿Cuesta trabajo aceptar lo que pasa?
Sí. No sabemos cómo ser receptivos, siempre queremos que el otro cambie aspectos que no nos agradan. Por otro lado, hay quienes hacen cosas que no les gustan o dejan de hacer las que les apasionan sólo por complacer al otro.
Es mejor que cada uno tome su responsabilidad, que sea tolerante y no reclame todo lo que el otro hace. El respeto es la base, pues si no se empieza desde eso, se vicia el futuro.
Una clave para la felicidad en pareja es nunca dejar de hacer lo que le gusta a cada uno. Las personas que sacrifican algo por agradar a su pareja, a la larga terminan cobrándoselo con odio.
