Ante las fuertes alzas en precios, que desde principios de año registran los insumos básicos de las obras públicas, como en el acero, cemento y asfalto principalmente, los industriales de la construcción demandaron tanto al Gobierno Estatal como Municipal, la aplicación de ajustes en los montos, ya que los presupuestos de los materiales se les dispararon.
Darío Jiménez Berumen, ex presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) y representante de la empresa JIBE, una de las que más obra oficial realiza en la región, declaró que “de plano ya no podemos ante la volatilidad de los precios sobre todo del acero y las alzas nos afectan por igual, si hacemos puentes que carreteras, debido a lo caro del asfalto”.
Gabriel Díaz Couder, director de Construcciones del Estado dijo que prácticamente “en cascada” los constructores solicitan la aplicación de este concepto de ajuste en precios, “que está previsto en la Ley de Obra Pública y también en el contrato de obra que se les entrega a quienes le trabajan al Estado”.
Y aunque en las obras públicas que realiza el Municipio también se enfrenta este problema, Aniceto Izaguirre Martín, titular de Obras Públicas, dijo que “en la mayoría de los casos negociamos con los constructores los recursos financieros bajo el concepto de ‘anticipos’ para la compra adelantada de materiales y así se impacte menos”.
Díaz Couder explicó por su parte que hay varios estudios de constructoras que “nos piden la actualización de los precios del material y los revisamos para que no se encarezcan tanto las obras, aunque el panorama se presenta difícil para las constructoras”.
Jiménez Berumen explica que el precio del acero se ha ido a la alza en forma alarmante: “más del doble en lo que va del año. La tonelada se cotiza en 13 mil pesos; en enero su valor era de 7 mil 700 pesos.
La tonelada de cemento costaba mil 400 pesos y ahora son casi mil 700 pesos.
El precio del asfalto lo maneja Pemex y debido a las variables en el precio del petróleo ahora vale la tonelada casi 7 mil pesos y valía 4 mil 500. Dice que la mano de obra también se ha encarecido.
Según el empresario de la construcción “son demasiadas alzas que nosotros no podemos absorber, por eso ahora tenemos que acogernos a lo que dice la Ley de Obras Públicas y hasta el mismo concreto en el sentido de que deben ajustarnos los precios de acuerdo con las alzas inflacionarias”.
Detalla que cuando son incrementos menores al 5 por ciento “generalmente lo apechuga uno, pero ya en mayores proporciones como estas y de varios materiales a la vez, es cuando la situación se pone difícil y considero que de ninguna manera se debe poner en riesgo la calidad de una obra pública”.
Díaz Courder argumentó que las propuestas de ajustes en precios que demandan los constructores se les decidirá oportunamente, porque tampoco el Estado pretende que se hagan lentas o se detengan las obras por cuestiones de este tipo.